Cada vez que coincidía con ese niño me ponía nervioso. Tendría once o doce años, regordete y con las gafas algo caídas. Nos subíamos en el ascensor y durante el trayecto no dejaba de mirarme fijamente, ¿es que este niñato no sabe que eso no se hace? Se mira al suelo, al la pared o al techo, además hablaba solo diciendo cosas incongruentes, terminé por llamarlo "el niño raro" y a odiarlo a muerte. La semana pasada coincidimos otra vez, le pregunté que a que piso iba y me dijo "como si no lo supieras...", eso me terminó de cabrear, encima mal educado. En ese momento me quedé helado y no le dije nada, me sentía como si me hubieran dado una patada en los huevos. Ayer volví a coincidir, la misma historia, mirándome y hablando solo, no pude más y pulsé el botón de parada, no le dio tiempo a decir nada más, le agarré por el cuello y se lo solté "mira pequeño hijoputa, deja de tocarme los cojones, la próxima vez que entres conmigo en el ascensor y me mires te meto la cabeza en el culo..." Se me puso a llorar el muy cabrito y ahora estoy aquí en los calabozos del juzgado acusado de acoso a un menor y nadie me entiende, el juez dice que soy un animal insensible... |