"Hacía tiempo que deseaba visitar a un matrimonio amigo que reside en Curacaví, así es como aproveché el primer fin de semana del mes de Octubre para viajar a ese lugar.
Aquel día, cuando abordé el bus que me llevaría a destino, Santiago mostraba una mañana fresca, luminosa, y un cielo muy azul; cuando la máquina inició su marcha procedí a acomodarme en mi asiento; esperaba dormitar parte del viaje, el cual prometía ser tranquilo y sin sobresaltos.
Cuando el "Pullman" ingresaba al túnel Lo Prado internándose en aquella larga oscuridad, no pude dejar de experimentar cierta tensión; los túneles siempre me han producido ese efecto. Ya se apreciaba la claridad al final del pasadizo... y cuando por fin lo abandonamos... nos recibió una espesa neblina; por las ventanas, por el parabrisas, mirando hacia arriba... todo se veía igual... una cortina de humo, blanco grisácea. No se distinguían ni montañas, ni valles, ni árboles, ni otros vehículos... ¡ni siquiera el sol! De no ser por la sensación de inercia, y de no escuchar el sonido del motor en marcha, habría jurado que nos encontrábamos detenidos... (y quizá donde).
Definitivamente era mejor ponerme a dormir, así es que recliné el asiento lo más que pude y cubrí mi cara con mi chaqueta, un poco parecido a como lo hago cuando me acuesto a dormir en mi cama; al parecer funcionó, pues rápidamente perdí noción de todo.
Me despertó la leve sacudida que sentí en mi hombro, y la voz del sobrecargo que me decía: "... señor... ¡señor!... ya llegamos... estamos en la plaza del pueblo... respondí: "...¡Aahh!... ya... ya, gracias..."
Sacudí mi modorra lo mejor que pude, me levanté del asiento, tomé mi maletín de viaje y descendí del bus. A continuación este partió raudo, prosiguiendo su ruta.
El día estaba precioso, mucho sol y ni una sola nube, aunque... comencé a sentir algo de inquietud. En un comienzo el pueblo se me figuró solo como... “parecido” a Curacaví... ya que no se veía exactamente como aquel pueblo que antes había visitado. Traté de ubicar algunos puntos de referencia, pero para mi estupor... ¡no lograba encontrar ninguno!... todo se veía diferente... parecía como que no estaba donde esperaba estar... Entonces... ¿donde estaba?...
Tratando de tranquilizarme y evitando entrar en pánico, busqué el camino de retorno al paradero de buses, dispuesto a aclarar el asunto; en un comienzo me sentí ridículo de preguntarle a los lugareños con los que me cruzaba, sobre el pueblo u localidad donde me encontraba. No obstante lo absurdo de la situación, logré orientarme rápidamente y volví a lo que parecía la plaza de armas del lugar. Sabía que el paradero de buses estaba cerca, y por ende la oficina de venta de pasajes de la empresa. Buscándola, llamó mi atención un edificio de aspecto señorial en cuyo frontis y sobre la cornisa, grabado en hormigón se leía: "Ilustre Municipalidad de Pedregal"...
Por un momento sentí, como si mi cerebro se hubiese desconectado... tuve que apoyarme en un poste para no caerme... ¿Pedregal? ...¿donde es eso? ... ¿como? ...¿cuando?... ¿en qué momento vine a dar a este lugar?... aún no salía de mi asombro, cuando otra sorpresa se aprestaba a golpear mi mente.
En un quiosco de diarios cercano, en la primera plana de lo que parecía un periódico local, resaltaba el titular: "Hoy comienza el juicio contra Beatriz Guerrero"; y en letras más pequeñas se agregaba: "En el Juzgado Emocional de Pedregal"...
¡Pero que estaba ocurriendo acá!... ¿sería posible que se tratase de la misma Beatriz que yo conocía? ... Compré el diario en cuestión, y busqué más detalles de la noticia; aparentemente no se trataba de ninguna casualidad o alcance de nombres... sí, se trataba de aquella joven mujer viñamarina, con quien nos habíamos conocido vía "E-Mail"...
Efectivamente y al parecer, se aprestaba a ser juzgada por no sé que delitos.
A pesar de lo extraño de la situación y lo insólito de la noticia, no pude menos que sentir la necesidad de dirigirme al “Juzgado Emocional" del pueblo, para inquirir mayores antecedentes de lo que estaba aconteciendo.
Una de las avenidas principales denotaba bastante actividad bancaria y comercial. Preguntando fue sencillo encontrar el edificio del juzgado; la clásica arquitectura greco-romana, y el tono gris tan típico de los recintos públicos. Ingresé al hall principal de reluciente piso embaldosado, y busqué en algún fichero más información; en una pizarra podía leerse: "Sala N°3; Causa:
Rol N°... tanto, tanto... Beatriz Guerrero con Municipio de Pedregal; 11:30 hrs."; bien... miré la hora... aún faltaban 15 minutos, antes de que comenzara el proceso.
“EL JUICIO”
Vamos viendo... vamos viendo... Sala 1... sigamos... Sala 2... ¡ya! ... esta era... la Sala N°3; el acceso no estaba restringido así es que de inmediato ingresé. Había algo de público, no conocí a primera vista a nadie. La sala era amplia e iluminada; un pasillo central flanqueado por corridas de bancas, conducía a lo que parecía el lugar del juez. Al final del pasillo y a la derecha de él había una mesa, tras la cual se encontraba sentada una persona
envuelta en una túnica marrón oscuro, y cubierta su cabeza con la capucha de la túnica, como fraile franciscano. Leía detenidamente unos expedientes, al atisbar un poco sus manos, me di cuenta que se trataba de una mujer.
A la izquierda del mismo pasillo, había otra mesa, y junto a ella se encontraba de pie un tipo alto de pelo gris y aspecto extranjero, el cual también revisaba algunos documentos. Su cara me era familiar... en alguna parte lo había visto... tendría unos cincuenta años más o menos; me acerqué disimuladamente y noté que en la mesa había un rótulo que decía "Defensa". De pronto, el tipo se
percató de mi cercanía y me habló:
...¡Hola!... ¿es usted amigo de la acusada?...
yo le respondí:
...¡Así es!... ¡lo soy!... y usted es... y respondió:
...soy Roger Waters, el abogado de Beatriz... y me gustaría charlar con los conocidos de ella; necesitaremos toda la ayuda disponible ya que el caso está complicado; no conozco al Juez, y la única referencia que tengo de él, es que es duro e implacable... ¿podríamos conversar luego de los primeros alegatos?...
respondí:
...¡sí, desde luego!... deseo ayudar en lo que pueda...
¡Excelente! ... me contestó. A continuación miró la hora en su reloj, ya estaba por comenzar la audiencia.
Miré para todos lados y me extrañó el no ver a Beatriz en la sala, entonces le pregunté a Waters en voz baja:
¿Beatriz llegará custodiada por gendarmes?...
... el abogado me miró directo a los ojos, y en ellos vi algo de aprehensión... luego negó con la cabeza y dijo:
Beatriz se encuentra desaparecida... por lo que sé, nadie conoce su paradero... de hecho fui contratado por su padre...
Repentinamente fui arrancado de mis pensamientos, cuando un funcionario del juzgado levantó la voz:
...¡Atención por favor!... ¡se va a dar inicio a la causa!... ¡se solicita a los presentes tomar asiento y guardar silencio!...
Otro funcionario de lentes y con cara de aburrido, leyó el acta del proceso en detalle y de acuerdo al procedimiento habitual; su voz monótona y cansina me hizo distraer la atención de la perorata.
Luego, frente al auditorio y desde el fondo de la sala se abrió una
puerta, y de ella surgió una persona de baja estatura, cubierta con una túnica color caoba que parecía de seda, y cuya capucha cubría la cabeza y ensombrecía el rostro. Caminó hasta el estrado del juez, subió un par de peldaños y se sentó en su lugar.
Tomó y leyó unos documentos que traía consigo, luego dejó la lectura y los papeles sobre su escritorio, y miró desde el fondo de su capucha a la concurrencia, disponiéndose a hablar:
...(una voz aguda aunque bien timbrada resonó en la sala)... ¡Por el poder y la competencia que me asisten, doy inicio formalmente a la causa que nos ha congregado en esta sala! ... (el juez era una mujer)... y continuó:
... Como consta en el acta del proceso, la inculpada, Beatriz Elena Guerrero Fernández, no ha sido ubicada físicamente; no obstante esta corte, y dada la gravedad de los hechos, ha decidido juzgarla en ausencia.
¿Tiene la defensa, algún impedimento para continuar con el proceso?
ABOGADO: ... Sí señora magistrado; la defensa por mi representada, objeta la no comparecencia de la única inculpada en la presente causa.
JUEZA:... ¡No ha lugar! ... los hechos han sido debidamente acreditados, y al no haber pruebas que certifiquen la imposibilidad física de la acusada, de asistir a este proceso, se presume rebeldía de su parte.
JUEZA: ¿Tiene la fiscalía, algún impedimento para continuar con el proceso?
LA FISCAL:... ¡Ninguno, Sra. Magistrado!
JUEZA:... ¡Bien!... ¡entonces prosigamos!... ¡tiene la palabra la Sra. Fiscal!
...la fiscal se levantó de su asiento, tomó parte de su túnica con una mano para evitar caerse al caminar, se alejó un poco de su mesa y comenzó a hablar, dirigiéndose alternadamente de la jueza al auditorio:
"Tengo en mi poder una carta escrita de puño y letra de la acusada, en que esta reconoce el haberse amancebado con un desconocido, con el resultado de encontrarse actualmente en estado de gravidez; entrego a esta corte dicho manuscrito, en calidad de prueba incriminatoria. Debo señalar que legalmente hablando, la susodicha Sra. Beatriz Guerrero es casada y madre de una pequeña menor de edad.
La fiscalía postula, que la Sra. Beatriz Guerrero es culpable de los delitos de adulterio, comportamiento inmoral, y fraude emocional, faltas para las cuales esta fiscalía, pedirá el máximo rigor de las penas estipuladas para estos crímenes."
...y la fiscal continuó:
"En calidad de testigo, solicito la presencia de la hija de la acusada... ¡Susanita... acércate por favor!...".
Sin duda que este era un "golpe bajo" de la fiscal: el testimonio de la niña, fue una retahíla de pucheros, lagrimones y reproches hacia su madre. Cuando concluyó, la fiscal dijo:
...bien querida, gracias.
¡He concluido con la testigo Sra. Magistrado!
JUEZA: ¿desea la defensa interrogar a la testigo?...
ABOGADO: ... ¡No Sra. Magistrado!...
JUEZA: La testigo puede retirarse... ¡ve pequeña!
LA FISCAL:...Sra. Magistrado... deseo llamar como testigo al esposo de la acusada...
Avanzó desde el público, un hombre joven, moreno, algo grueso e impecablemente vestido. Su testimonio no fue precisamente favorable para Beatriz.
Cuando la fiscal concluyó su interrogatorio, el abogado Waters decidió hacerle unas cuantas preguntas al testigo; quedó asentado que esposo y esposa, estaban separados de hecho hacía más de un año, por lo que la figura delictiva de "adulterio" perdía fuerza.
Luego de concluida la presentación de la fiscalía, la juez tomó la palabra:
JUEZA: Esta corte hará un breve receso de 30 minutos... ¡TOC!... (resonó su mazo...)
Aprovechando el receso, me acerqué al abogado Waters con quién tuve una charla informativa; luego nos dirigimos a la cafetería de la corte, donde continuamos platicando.
JUEZA: Buenas tardes a todos, se reabre la sesión. Tiene la palabra la defensa. Sr. Waters...
ABOGADO: ... ¡Sra. magistrado! ... cito a declarar como testigo al Dr. David Gilmour.
Hacia el estrado de los testigos, caminó un tipo alto, canoso, como de 50 años, de aspecto "gringo" y con una avanzada calvicie. En sus tiempos mozos debía haber sido un tipo apuesto. Su rostro también
lo había visto en alguna parte...
ABOGADO:... Dr. Gilmour ... ¿puede explicar a esta corte cual es su especialidad? ...
GILMOUR: Sí como no, soy Psiquiatra.
ABOGADO: ¿qué relación tiene Ud. con la acusada Beatriz Guerrero?...
GILMOUR: ... Desde hace un año la señora Beatriz Guerrero es mi paciente.
ABOGADO: ¿Y puede revelarnos doctor, los motivos que llevaron a la acusada a su consulta?...
GILMOUR:... Sí... pienso que puedo... la señora Beatriz, se encontraba sumida en un estado depresivo, producto de lo que se llama "Trauma de Separación"; este síndrome es muy común en las personas que han pasado por una ruptura matrimonial.
ABOGADO: Díganos doctor... ¿cuales son los síntomas de un estado como este?...
GILMOUR: ...bien... la persona ve afectada su auto estima, se siente fracasada, se maneja con una gran autoculpabilidad, se vuelve incapaz de involucrarse afectivamente con personas del sexo opuesto, se vuelve muy temerosa e insegura ...no obstante ...
ABOGADO: ...si doctor... prosiga, le escuchamos...
GILMOUR: ..decía que no obstante lo anterior, la persona en cuestión, mantiene las mismas necesidades afectivas de todo el mundo: necesidad de dar y recibir ternura, necesidad de amar y ser amada; entonces se produce una situación paradojal: la persona necesita amar y ser amada, y sin embargo es incapaz de amar e incapaz de recibir amor. Como decía Fromm, tal situación puede conducir a cierto desequilibrio mental.
ABOGADO: ...¿como así doctor?...
GILMOUR:...esto tiene un símil con una criatura que tiene hambre y que necesita alimentarse, pero que por tener alguna clase de lesión ”buco-faringea” es incapaz de alimentarse; el resultado es la inanición... y la muerte del ser.
ABOGADO:...ya entiendo doctor. Usted también ha hablado de "temor", de "miedo"... ¿podría explayarse un poco al respecto?
GILMOUR: ... bien; la persona tiene miedo de amar, por que teme no ser amada, y teme no ser amada, por que teme ser rechazada.
ABOGADO: ... ajá. Tengo en mis manos doctor, el último diagnóstico efectuado por Ud., del estado emocional de la señora Beatriz Guerrero; ¿lo reconoce doctor?...
GILMOUR:... a ver... ¡sí, en efecto, es el más reciente!...
ABOGADO:...y este informe, ha sido corroborado por otros médicos...
GILMOUR: ...efectivamente; solicité la colaboración en este caso, de mis distinguidos colegas los doctores Richard Wrigth y Nick Mason, quienes han suscrito el informe que Ud. posee.
ABOGADO: ...¿y este informe, incluye un análisis de la situación en la que se vio involucrada mi clienta, con el resultado de encontrarse hoy embarazada?...
GILMOUR: ...¡sí, lo incluye!...
ABOGADO:...someramente doctor, y en términos sencillos, ¿a qué conclusión llegaron Ud. y sus colegas?...
GILMOUR: ... bueno... dado el estado psíquico de mi paciente, inseguridad, temor, melancolía, sensación de soledad, necesidad latente de afecto, y por que no decirlo también: necesidad de placer... quizá la ocasión que tal vez se presentó... y estando bajo los efectos de lo que hemos llamado "A Momentary Lapse Of The Reason", el acceder a una relación física fugaz, totalmente casual,
y por ende exenta de conflicto, fue tal vez mucho menos angustioso para ella. La experiencia de mi paciente, ha sido también la experiencia de muchas mujeres: la entrega del corazón, es mucho más dolorosa y conflictiva que la entrega de cuerpo. No obstante, y es muy probable que así ocurra, puede rebrotar la sensación de soledad, de vacío, con el posible agregado de una nueva emoción: la culpa.
ABOGADO: ¡Gracias doctor!.. Hago entrega a la corte, del presente informe médico en calidad de prueba de descargos!.. señora magistrado, he concluido con el testigo.
JUEZA:... ¿Desea la fiscal interrogar al testigo?...
LA FISCAL:.. ¡Negativo Sra. Magistrado!
JUEZA: ...el testigo puede retirarse; ¿desea la defensa presentar más pruebas, o testigos?...
ABOGADO:... Sí Sra. Magistrado; ¡solicito que pase a declarar como testigo, el Sr. Marcelo Ruiz!...
... ese sujeto era yo precisamente. Me encaminé hasta el asiento de los testigos, me senté y acomodé lo más decorosamente que pude, para así esperar "el interrogatorio"...
ABOGADO:... ¡Buenas tardes Sr. Ruiz!...
YO: ...¡Buenas tardes Sr. Waters! ...
ABOGADO: ... ¿puede Ud. decirnos cual es su lugar de residencia?
YO: ... si... vivo en Santiago, en la Región Metropolitana.
ABOGADO: ¿y cual es su relación con la acusada?...
YO: ... Conozco a Beatriz... perdón... a la acusada desde comienzos de otoño; somos... algo así como... amigos.
ABOGADO: ... ¿algo así como amigos?... ¿podría ser más claro?
YO: ... eehh... bueno... resulta que nos conocimos a través de Internet; comenzamos a intercambiar correspondencia, y un día fui a conocerla en persona, a visitarla a su casa en Viña del Mar...
ABOGADO: ... ¿y cuantas veces la visitó Ud.?
YO: ... pues... solo tres veces...
ABOGADO: ...¡solo tres veces! ... ¿y considera Ud. que esos esporádicos encuentros cimentaron una amistad muy estrecha?
YO: De ninguna manera.
ABOGADO: Tengo entendido que pese a ello, Ud. se sintió atraído por Beatriz Guerrero, y que incluso se sintió "enamorado" de ella... ¿es efectivo esto?...
YO: ...sí, así fue.
ABOGADO: ¿y como fue esto, acaso Beatriz Guerrero le sedujo, le insinuó algún interés especial?...
YO: No, de hecho en la segunda oportunidad que nos encontramos, confesó el haber estado evitándome, y recalcó que solo deseaba que fuésemos amigos.
ABOGADO: ¿Se sintió ofuscado Ud. ante dicha situación?
YO: ...Sí.
ABOGADO: ...¿y a pesar de esto sus sentimientos hacia Beatriz Guerrero eran los mismos?
YO: si, así fue.
ABOGADO: Por lo que sé, la tercera y última vez que se encontraron tuvieron un disgusto... ¿es efectivo esto?...
YO: si, eso es efectivo.
ABOGADO: ...y luego de ese disgusto... ¿volvieron a comunicarse?
YO: si; yo volví a comunicarme con ella a través de correo electrónico, después de dos meses.
ABOGADO: ...¿y en esos dos meses, Beatriz Guerrero trató de comunicarse con Ud.?
YO: ... Que yo sepa no; no recibí ninguna llamada telefónica de su parte; tampoco ningún mail.
ABOGADO: ¿como interpretó Ud. esto?
YO: ... como falta de motivación de parte de ella.
ABOGADO: ...¿y por que Ud. sí tuvo interés?
YO: ... supongo que... cuando una persona se enamora... siempre está dispuesta a dar más que la otra persona...
ABOGADO: ¿Como se enteró Ud. de que ella se había embarazado, durante ese tiempo en que no tuvieron contacto?
YO: Ella misma me informó de esa situación, a través de correo electrónico.
ABOGADO: A la luz de los hechos actuales... ¿siente que odia o detesta a Beatriz Guerrero?
YO: ... No, no tengo rencor hacia ella.
ABOGADO: ¿Qué siente con respecto a ella?...
YO: ... siento que no se dieron las circunstancias adecuadas entre ella y yo... siento que a pesar de todo, me simpatizan su inteligencia, su sensibilidad... también su soledad...
ABOGADO: ... gracias Marcelo... hemos terminado. ¡No haré más preguntas al testigo, Sra. Magistrado!
JUEZA: ¿Desea la Fiscalía interrogar al testigo?
FISCAL: No señora magistrado.
JUEZA: El testigo puede retirarse. ¿Han concluido la defensa y la fiscalía la presentación de pruebas y testigos?
ABOGADO: Sí señora magistrado.
FISCAL: Sí señora magistrado.
JUEZA: ¡Muy bien! Esta corte hará un receso de 60 minutos, luego de los cuales la fiscalía y la defensa expondrán sus argumentos finales; posteriormente este magistrado dictará su veredicto.
...y con un golpe de mazo... cerró la sesión.
LOS ALEGATOS FINALES
Cuando estuvimos de vuelta en la corte, percibí como secreto a voces el ánimo generalizado, el cual percibí como un... "que acabe pronto esto".
Al llegar la jueza y dar inicio a la sesión, otorgó la palabra a la fiscal, quién comenzó de inmediato su alegato final. Este, fue prácticamente una reiteración de los motivos que originaron la acusación, sin embargo, bajó el perfil a las supuestas "acciones impropias de mujer casada", y a los cargos de "fraude malicioso de sentimientos ajenos".
Luego fue el turno de Roger Waters, el abogado defensor...
ABOGADO: ... Señora Magistrado... se han escuchado los argumentos de la fiscalía, los cuales pretenden convencernos de que los móviles de mi defendida fueron, la maldad, la bajeza instintiva, una actitud licenciosa en general, y el menosprecio de los sentimientos ajenos. Según la fiscalía, mi defendida debe ser juzgada como una "criminal empedernida ", y poco menos que "lapidada hasta la muerte"...
Señora Magistrado, a través de los distintos testimonios escuchados en esta corte, a través de las diversas pruebas presentadas, hemos podido apreciar el verdadero y auténtico perfil de Beatriz Guerrero; tan solo y simplemente, el perfil de una mujer que ha sufrido y que sufre, las consecuencias de sus fallas, de una baja auto estima, de sus inseguridades y temores, los cuales escapan de su dominio y posible auto curación.
Podemos quizá, pero... ¿debemos condenar a esta mujer por tener fallas, por cometer errores, por anidar temores, por no ser perfecta?...
¿Acaso los errores, no son para aprender de ellos, en lugar de ser "crucificados" por ellos?
Se ha acusado a Beatriz Guerrero de no amar, de ofender, de defraudar... de aborrecer... ¡claro que no ha amado, claro que ha ofendido, claro que ha defraudado... claro que ha aborrecido! ... ¿pero a quién?... a sí misma desde luego.
Se sospecha que "pudo" haber engañado, mentido, haber creado falsas expectativas, pero las pruebas y testimonios presentados, señalan que pese a sus limitaciones, fue honesta, aún con un simple conocido.
Señora Magistrado, más que al espíritu vindicativo que busca ciega y apasionadamente el castigo, invoco el espíritu de la comprensión, de la compasión y de la aceptación hacia Beatriz Guerrero, simplemente, un ser humano.
He concluido.
JUEZA: ... Ya se han escuchado los últimos argumentos de la Defensa y de la Fiscalía; haremos un breve receso de 30 minutos y nos volveremos a encontrar en esta sala para emitir el fallo final.
Ya estaba todo dicho; según supe más tarde, la jueza se había retirado a discutir el veredicto con un grupo de asesores de su confianza. Todos mostrábamos efectos de fatiga en los rostros: Roger Waters el abogado, los padres y hermanos de Beatriz, yo mismo según creo. Aprovechamos la mayoría, de salir a estirar las piernas, ir a los baños, beber y comer algo en la cafetería y relajarnos de una u otra forma.
EL VEREDICTO
Había algo de tensión y nerviosismo en el ambiente, cuando la jueza ingresó a la sala y tomo su lugar; se solicitó el silencio de rigor y entonces la magistrado habló:
Habida cuenta de los hechos que se le atribuyen a la acusada, de su naturaleza, de los efectos obtenidos, los cuales han sido recibidos de lleno por la misma acusada, y clarificados los posibles móviles que solo nos sugieren, flaquezas humanas, se ha desestimado aviesa intencionalidad de dañar u ofender.
Quiero referir a esta corte, unas cuantas líneas de la obra "Tus Zonas Erróneas", del conocido Dr. Wayne W. Dyer, como un consejo para la señora Beatriz Guerrero... esté donde esté:
"Que la equivocación o el error te sirvan de lección; haz el propósito de no repetirlos pero no los asocies con tu auto estima o auto valoración.
No confundas nunca tu propio valor (que es un valor dado) con tu comportamiento.”
Luego de decir esto, la magistrado retomó su acostumbrada solemnidad, agregando:
“Por el poder y la competencia que me otorga esta corte, de todos los cargos que se le han imputado, declaro INOCENTE a la señora Beatriz Elena Guerrero Fernández. El juicio ha terminado”
¡Y con un golpe de mazo... el caso se cerró!...
¡El júbilo fue general!... ¡Todos nos abrazábamos eufóricos!... ¡Apretones de manos!... ¡Palmadas en la espalda!... ¡Alegres felicitaciones y risas con el abogado Roger Waters!... Todo felicidad...
En medio de tanta algarabía, llamó mi atención un hecho aislado y muy discreto; un poco lejos de nuestra alegría, pude ver que la Juez descendía de su palco para dirigirse hacia la Fiscal. Cuando ambas estuvieron de frente, se estrecharon en un cordial abrazo, al tiempo que dejaban que las capuchas cayeran descubriendo sus cabezas y rostros... y lo sorprendente fue esto... ¡ambas mujeres eran idénticas como gemelas!... y más aún... ambas parecían una sola... y ambas eran la misma persona: Beatriz."
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