Lluvia de aserrín
goteando sobre asfalto
desde un cielo
de silencio tumba
enlutando la tarde
que antes de morir
sangra una herida
carmesí profunda.
Lluvia de astillas
rasguñando los vidrios
de las ventanas
fluyendo en ríos verticales
resbalándose en borbotones
imparables, inmensurables
lágrimas insípidas celestiales
rodando sobre los cristales.
Lluvia de acero derretido
clavándose en los tejados
cual dagas líquidas
tamborileando ataques
arrítmicos y frenéticos
declaraciones de guerra
de un país sin tierra.
Texto agregado el 20-10-2005, y leído por 454
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Lectores Opinan
03-02-2006
esto sí es más interesante, seguiré leyendo ccrroonnooppiioo