Una mano me contó que cuando se encontró con ella en la calle afectuosamente lo saludó, es más lo apretó hasta que sintió dolor, no, no era dolor, me dijo, era una especie de angustia tierna. No le habló, le sedujo entre movimientos armónicos llenos de un carisma avasallador. Pero no es que ella haya tenido un discurso fuerte o algo así como lo que cualquiera se esperaría de un personaje como aquél; más bien la sensación que lo envolvía se acercaba a una mano suave, tratada por las más caras cremas de esas de bacalao o que se yo... - Que mano más extraña me dijo, de hecho no he podido dejar de pensar en ella -.

Buscando más historias parecidas encontré la de una mano opositora; es una desvergonzada me dijo - Que se cree, se habrá visto mano más vulgar. Si casi piensa que puede llegar y hacerse la buena con todos -. A estas alturas de verdad que yo no entendía nada. Fue solo entonces cuando, en mi confusión me increpó un individuo en medio de la calle. No dudé en preguntarle que pretendía. Yo estaba apurado tenía que llegar pronto a la escuela, tenía toda una prueba que escribir y mi tutor se molestaría mucho si no respondía con la agilidad necesaria. La evaluación tenía solo dos horas para ser resuelta. Ah, pero eso no es lo importante; este sujeto en pocos instantes me sujetó entre sus sonidos, sus movimientos, incluso su olor. Me acogió. Olvidé los compromisos y solo pensé en no dejar de moverme como lo hacía. Mi dueño amigo pronto se enojaría; pero no fue así. No era yo el protagonista del encuentro, era él, no, no, no era él. El extraño personaje subió por su pecho y no dudó en detenerse en su tórax. Entre extraños movimientos empuñó sus dedos y armado de ternura penetró en mi cercano amigo. Una amabilidad generalizada lo envolvió todo. Entonces, ahora yo me pregunto ¿qué debo hacer para encontrarme nuevamente con este personaje ya no tan extraño?

Hoy me encontré con un joven, no se bien quien era pero sin que yo tuviera motivo real para acercarme estaba en él y tengo la certeza que la amabilidad es la misma que entonces me envolvió, y ahora se repite muy seguido...