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Inicio / Cuenteros Locales / Tildur / Un cadaver en la biblioteca

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"La puerta se abre con un chirrido y el calor de la estancia te golpea en la cara. Tu vista tarda un instante en adaptarse a la poca luz, pero al poco tiempo tus ojos distinguen los estantes llenos de libros que cubren las paredes, estantes que llegan hasta un techo que no puedes ver, cuyas cimas se pierden en las alturas, estantes que lo cubren todo, hasta donde la vista alcanza. Todo está iluminado por pequeñas lámparas de aceite depositadas en pequeños nichos de piedra, entre estante y estante, y un olor cálido y agradable lo llena todo. El silencio es absoluto, salvo el suave crepitar de las llamas y el sonido leve de tu respiración.

_ ¿Hola?- preguntas, inclinando el cuerpo hacia adelante, tratando de captar algún sonido.- ¿Hay alguien ahí?
Pero nadie responde, no se oye nada. Comienzas a caminar entre los estantes altos como árboles, volviéndo la cabeza cada vez que cruzas un pasillo en tu camino, en busca de alguien. Tus pasos amortiguados apenas suenan en el suelo, y optas por coger una de las lámparas de aceite de un nicho: te sientes más seguro llevando la luz en la mano delante de tí, aunque ahora las sombras a tu espalda se han vuelto más profundas.
De pronto te detienes, te ha parecido oir algo.
Algo o alguien susurrando un poco más allá. Tu corazón late deprisa y aceleras el paso, aunque en realidad te inquieta lo que puedas encontrar...
Cruzas un pasillo, y otro, y otro en este laberinto de árboles, no, de estantes que todo lo cubren y que llegan hasta el cielo, y los susurros parecen emerger de las propias lámparas y las llamas dibujan extrañas siluetas en las paredes. Caminas, andas, ya corres por los pasillos, tus pasos retumban y el eco de tus pisadas lo llena todo, corres, andas, caminas, no quieres que el rumor de tus pasos te haga perder la pista de susurros.

Y al fin llegas. Es el lugar, has oído las voces justo antes de volver la esquina. Hay una lámpara de aceite en el suelo proyectando una débil luz a su alrededor, y junto a ella un libro abierto, pero no hay nadie allí. Levantas tu lámpara, la acercas a las sombras de los rincones, pero no, no hay nadie allí. Sea quien sea se ha marchado, si es que no fueron imaginaciones tuyas.
Pero alguien debió dejar la lámpara en el suelo, y alguien debió leer aquel libro.

Lentamente te acercas y recoges con cuidado el libro del suelo. Parece viejo y le han arrancado casi todas las páginas. Cierras la tapa y lees el título:

Un cadáver en la biblioteca "

Por Morag ( http://www.plataformarol.com/ftopic7640.html&sid=632b40fb84dbc9c7d77b8e241df0f7fc )



El anciano mago caminó a lo largo del extenso pasillo, flanqueado por enormes estanterias repeltas de libros que en muchos casos no habian sido abiertos durante generaciones. Las estanterias se alzaban quizas hasta mas de los diez metros, seindo necesario subir a las pasarelas que pendian sobre los pasillos a difernetes alturas. El ambiente era oscuro, tan solo iluminado por alguna que otra lampara de aceite aqui y alla, pero el anciano estaba demasiado absorto en sus pensamientos como para preocuparse de tales cosas. Tan solo cuando sus polvorientos zapatos llegaron a una zona que carecia de la tenue ilmuniacion del fuego detubo sus pasos y miro alrededor. Le parecio oir algo, como unos pasos en algun lugar cerca. Quizas hubiera alguien mas en la biblioteca, o quizas solo fuera su imaginacion. Poco importaba. Sin dejar sus cavilaciones retrocedio y busco una lampara con la que iluminar sus pasos.

Por fin llego a su destino. Entre las sombras de aqulla zona sin iluminacion había una estanteria, una estanteria como cualquier otra, pero que el anciano reconocio al instante gracias a una pequeña marca en la parte inferior. Una expresion de alegria se dibujo en su rostro mientras se metia en el estrecho pasillo limtado por dos de aquellos gigantescos muebles. Fue deslizando sus dedos poco a poco de tomo en tomo, buscando un libro en concreto, un libro que como muchos otros no habia sido abierto en generaciones. Libro a libro su vista fue descendiendo por los estantes, hasta que finalmente dejo la lampara sobre el suelo y se arrodillo para observar los del estante mas bajo.

Finalmente encontro el libro que buscaba y lo abrio con un esquisito cuidado, como si temiera que de un momento a otro se le fuese a deshacer en las manos. Sus ojos, avidos, comenzaron a leer con rapidez. Su mueca de alegria y curiosidad se fue trasnformando en incredulidad. Aquello no era posible. Era como si el libro hubiese sido borrado y en su lugar se hubiera escrito una absurda historia sobre una biblioteca y un asesinato. Oyo un ruido proveniente de mas alla del pasillo, y se percato de lo indigno de su postura, leyendo un libro arrodillado en el suelo como un joven aprendiz. De repente lo comprendio todo. Alguno de los otros magos le estaba gastando una broma, en l que el habia caido. Apoyo el libro sobre el suelo y se levanto todo lo parido que su edad le permitio.


El joven espero su momento desde la pasarela que pendia sobre el pasillo inferior. Podia ver a su odiado enemigo ahi abajo, a apenas unos 3 metros. Calmo sus pensamientos y se obligo a esperar un poco mas, justo hasta el momento adecuado. Cuando el mago se arrodillo y hubo leido el libro que el joven había dejado en el lugar donde deberia hallarse un antiguo y valioso tomo, aprovecho el ruido que hizo al tratar de levantarse para descolgarse por un lateral de la pasarela, justo hasta su espalda. El anciano se levanto y su cara fue dar con la del joven. Este, con un gesto rapido le tapo la boca y lo acuchillo. Hubo un leve resplandor cundo las defensas magicas del anciano fueron atravesadas por los encantamientos del puñal, y luego nada.

El joven observo el cadaver a sus pies. Debia actuar rapido. Si a la mañana siguiente encontraban un cadaver en la biblioteca el tema sería investigado, y no podia correr riesgos. Sin perder un segundo comenzo a recitar el hechizo que haría desparecer el cuerpo de su antiguo maestro. Las silabas del hechizo se deslizaron con suavidad por su garganta mientras centraba toda su atencion en el conjuro. Le llevo algun tiempo completarlo. Cuando el cadaver ya no estaba alli y dejo de susurrar las palabras, peribió el ruido de pasos por el orredor principal. Cerca, muy cerca, demasiado. Todavia habia un charco de sangre en el suelo, pero no tenia tiempo para hcerlo desaparecer tambien. Tan solo de esconderse. Usando sus habilidades sobrenaturales alcanzó de nuevo la pasarela, que chirrió y se balanceo ante su brusca subida. Desde alli observó como alguien mas, alguien que no conocia se metia dentro del pasillo y recogía el libro. SI vei la sangre tendria que matarlo tambien.

Texto agregado el 20-10-2005, y leído por 225 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
20-10-2005 Aparte de algunos fallos de tipeo,cosa que también me ocurre a mí, el texto tiene intriga y suspense. margarita-zamudio
20-10-2005 Intrigante. Por un momento, creí que se trataba de un cuento de estos de circulo eterno, que convertiría el cadaver en un libro que confesara el asesinato, y atraparía al asesino eternamente en la biblioteca, como un espectro, hasta que otro mago encontrara el tomo al cabo de varias generaciones, como augurio de su propio fin... Pero bueno, esto es maquinación mía... Me ha gustado igual. Un abrazo Ikalinen
 
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