Con mucha sinceridad,
no, lo nuestro no puede ser,
cosas de nuestra sociedad,
tú perteneces a otra mujer.
Y aunque yo te amo,
me dijo insistente,
no puedo dar un paso,
del que alguien se arrepiente.
No niego que te quiero,
así me lo decía,
bajaba su mirada,
temblaba su mejilla.
Lo siento, es mejor,
que tú de mi te alejes,
y aunque hay dolor,
tu debes comprenderme.
Así se fue alejando,
con los ojos anegados,
y yo estaba deseando,
que volviera a mi lado.
De pronto, mi mirada levanto,
y ¡ Vaya que sorpresa!,
regresó a quien amo tanto,
y todo el cuerpo me besa.
No puedo alejarme,
de verdad te necesito,
traté de separarme,
pero no puedo, papito.
Así, yo lo deseaba,
que tu a mi regresaras.
mi princesa adorada,
que nunca te marcharas.
Hoy estás aquí conmigo,
bríndándome calor,
ya siento ese abrigo,
que me ha dado tu amor.
No temas al amor,
pues se vive una vez,
y si alguien nos criticó,
perdónalos mi bien.
La vida pronto se va,
te pasa en un instante,
y quizás te arrepentirás,
si tú no la gozaste.
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