Hay una sonrisa oculta en cada uno de los rostros ajenos que distingo desde que despierto

Hay algo de asesino en cada confesión... tal como hay placer al dañar algo hermoso
Para algunas mentes hay cosas tan obvias que el más ingenioso ser no podría verlas
Ni bajo un amplio cristal grueso.

A veces no queda más que la osadía de lo cobarde...
Que atreverse a decidir el peor modo contingente de matar el tiempo
Y morir con él en el espacio que uno mismo decidió ocupar.

Es ridículo tratar de idear un modo de no ser
De detenerse
De rendirse
De retroceder y redimir lo poco que queda de lo que hubo sido...

A veces hay belleza en aceptar caos y abrir las puertas a la desgracia que llega disfrazada de pordiosera hambrienta...
O de amiga lastimada.

Ahora me despido del futuro
Ahora que me alzo sobre el ángulo afilado que separa la cordura de la tormenta
Ahora soy quien toma al tiempo y lo moldea entre sus manos
Entre los sueños que sólo en eso se constituyen
Que no se detienen a pesar de mis choques.

Adiós le digo a la pureza de la sombra y de la luz
Le doy la bienvenida a las mixturas que no he conocido
Ni de las que me han hablado.
Nunca me he sentido más bella que al verme destruida
Ni más blanca que al verme emprender un intento desde el suelo que me aprisiona...
Tendré valor
Tendré coraje...
Conoceré nuevas formas de respirar apenas se blanqueen mis ojos oscuros
Y termine de caer o me convenza del aterrizaje.

Buenos días.