Ya la noche desciende y el fuego se consume
Sólo Ariadna comprende la soledad del mosntruo

La princesa se tiende y el minotauro empieza
A recorrer los laberintos de su cuerpo

Déjame ir contigo, ruega el monstruo
De ninguna manera, la ciudad de los hombres
es un laberinto inhumano que no se acaba nunca
allí sí que te perderías...

En el vientre de Ariadna, en los labios
de Ariadna, en las caricias de Ariadna
el Minotauro se siente liberado

No es a ti ni a Teseo a quien yo amo
Sino a ese joven que cayó del cielo
La princesa suspira acariciando al monstruo
y le confiesa: ...yo no pude seguirlo.

Teseo se perdió en el laberinto
Y el Minotauro le enseño la fuente
Contenida su furia el noble bruto comprende
Que no se puede dañar a quien la ama

Monstruo ciego de amor, no hace caso al puñal
Que la princesa esconde entre sus manos

Caceria sangrienta la bestia aterradora
Le perdona la vida a uno de los condenados
De sus manos recibe un cráneo lleno de agua
Ahora quiero saber si conoces la ciudad

Luego me cuentas, anciano, de templos y sacrificios
En la arena has de orientarme para llegar al castillo
Esta noche de lluvia se confunden las voces
Yo no sé quién de todos me dicta estas palabras

El anciano improvisa una flauta de femur
pero el monstruo a su lado no atiende esos lamentos
extraviado en sus propios laberintos.

Amparada en las sombras la princesa se acerca
al laberinto para ir al encuentro de un abrazo
interminable

Cuando amanezca y me vaya
piensa que he sido un sueño
Con sus dedos el monstruo desenreda sus cabellos
Entonces ya no me interesa despertar.

Los sucesos futuros son harto conocidos
La bestia yace dormida, Teseo descarga el arma
Y separa de un tajo el tronco de la cabeza.
Teseo se demora mucho recogiendo el hilo
En las paredes de este laberinto
está la historia del mundo
escrita con la sangre de los condenados

La cabeza del bovino luce graciosa en su mano
Ariadna rie y Teseo confundido
"Ese no es el monstruo que conozco
Te han engañado con un truco de niño."

Los cadáveres se descomponen con la lluvia
En unos meses las semillas que los hombres
Albergan en sus estómagos
germinarán tras los muros de este oscuro laberinto.

El guerrero y el monstruo van heridos de muerte
Con el grito de ambos la lucha se detiene
Al ver a Ariadna escapar, de los dos hacia el abismo
Lo que pasó después de este suceso, no está escrito.

Cada vez que paseo por la nueva ciudad
Me detengo a admirar el corazón de la bestia
Que se muestra como un jardín sobre las ruinas
De un olvidado y oscuro laberinto