-No hagas nada de lo que después te vayas a arrepentir- dijo el hombre con un hilo de voz. Ella le miró con esa resolución ciega que nadie más puede esgrimir y con un simple gesto le arrebató al hombre su aliento. Después se dio media vuelta, alejándose despreocupada por el mismo camino por el cual había aparecido. No, ella no era de las que se arrepentía y cada una de sus misiones de asesina serial, las seguiría realizando desde siempre y hasta que los siglos naufragaran en la marea de los tiempos…
Texto agregado el 19-10-2005, y leído por 259
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Lectores Opinan
19-10-2005
me quede con ganas d eseguir leyendo
me gustan las asesinas ...
saludos purpurinagirl
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