Inma, necesito decírtelo...
Estiro mi mano y te encuentro,
lo complejo se vuelve simple,
todo cobra sentido,
porque nada es tan hermoso como sentirte.
Qué tiene tu presencia,
que me arrastra hasta tu nombre.
Dime cuál es la virtud,
que alimenta mi deseo de amarte,
preso de ti soy feliz,
y temeroso del tiempo tirano,
corro como veloz aprendiz,
a beber de tu sabia permaneciendo a tu lado.
Cómo no agradecer el aire que respiro si me mantiene, cautivo, amado.
Es ahora y no en otro momento,
que de la felicidad veo el rostro,
cuando soy hombre en tu abandono,
al pedir perdón al mundo por las desdichas,
cuando me emborracho de ti sin grandes prisas.
La eternidad es poco para el paisaje que en este instante veo y siento,
ni la mezquina muerte borrará este lienzo.
Aunque no haya marcha atrás para el sufrimiento,
no importa cuánto viva a tu lado si pienso,
que todo lo que en un segundo te he dado,
permanecerá en ti, en mí, en el aire,
en el universo de los hijos y este segundo,
que se extiende como la materia que seré,
cuando los cuerpos no persistan pero nuestro amor se haga eterno.
Oh diosa fortuna,
con estas herramientas
¿qué no se puede crear?
con estas alas
¿hasta dónde podríamos volar?
con este amor
¿qué barrera no podremos derribar?
Inma, por lo vivido y lo que viviremos... sigue despertando a mi lado. Tu esposo emocionado
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