En cierto sentido, muchos podrían tomar esta reflexión como una especie de agresión hacia sus creencias. No me sorprendería ya que siempre hemos estado predispuestos a la violencia, por más que no participemos física ni activamente, nunca hacemos nada por evitarlas.
Comparar dioses antiguos, contemporáneos de otras civilizaciones ya desaparecidas y actuales ha hecho que tomara otra perspectiva de ver a mi Dios.
Sí, soy cristiano. Creo en Dios, Cristo y el Espíritu Santo, pero por sobre todas las cosas creo que esta unión hace a un solo Dios, creo que es imposible adorarlos por separado.
Pensé cómo los cristianos renegamos y nos quejamos de la multitud de dioses y diosas que hay en el mundo, y de las facetas de la naturaleza que ellos rigen, sin contar la soberanía que además tienen sobre el comportamiento humano. Pero, ¿no es el cristiano el que mayor deidades tiene?. Desde la virgen María, ángeles, apóstoles y todos esos santos, cada uno de ellos patrón que rige una única función de nuestro mundo. Todavía recuerdo esos calendarios en los cuales traía escrito en el dorso el nombre del santo que debíamos celebrar, lo que no recuerdo es el nombre que le correspondía a los veintinueve de febrero de los años bisiestos.
Quiero creer que mi Dios, el que nos llena de paz, el que nos trae amor, bondad, perdón, esperanza... es el que rige al mundo entero, y que tan solo ha tenido mala suerte hasta ahora, en elegir al hombre como su modisto a la hora de vestirlo.
Quiero creer que mi Dios, también es el tuyo.
NYL
04/VII/99© |