Cuantas veces la vida te volteó y te revolcó en sus vicisitudes y con que vigor te levantaste siempre, querida hermana. A ti todo se te dio con intensidad: amor, trabajo, amistades. Apareció en una esquina un amor creciente que se transformó en volcán y luego el dolor de un quiebre que ni tus dos hijas pudieron mitigar. Sin tregua para tus dolores del alma, día y noche te entregaste a la tarea de atender a esos enfermos que te contaban sus pesares, los reconfortaste con tu presencia, curaste sus heridas, les hiciste creer que valía la pena luchar por un poco más de aliento, por un poco más de sinsabores, porque es más digno levantar la cabeza que doblegarse ante las desventuras. Todo eso fue forjando tu carácter y te transformaste en una mujer de pocas palabras pero de gestos elocuentes. La vida no se te dio fácil pero la montaste, cabalgaste en su grupa encabritada y cuando ya parecía que la tenías domada, emerge esto: un tumor que crece dentro de tu pecho acaso para pedirte que crezcas más aún, que aquilates la dureza de tus uñas y la fortaleza de tus dientes para así aferrarte a ese cumbre que ahora se erige ante ti con sus innumerables e irregulares aristas. Algo me dice que superarás este obstáculo, que llegarás a la cima y ya sobre ella, nuevas anfractuosidades se elevarán delante de tus ojos para indicarte que nada te será fácil, que todo te costará sudor y sangre y que esas lágrimas que derramaste y continuarás derramando en tu azaroso tránsito, nada ni nadie podrá secarlas porque son tu marca y tu designio. Te quiero mucho hermana y espero que derrotes a ese cáncer que se cierne aterrador e inexplicable a los ojos profanos. Se que no te rendirás y sacarás fuerza de tus múltiples pequeñas y grandes victorias. Y aparecerás más luego que tarde, pequeña, silenciosa, con tus ojos inmensos en los cuales caben todas las respuestas, para decirme que este no fue sino un simple obstáculo de los que ya estás acostumbrada a domeñar. Así sea, así lo quiera el Hacedor, así lo queremos quienes te admiramos por tu grandeza y valor…