Te busqué en los calmados círculos del viento...
en cada amanecer tardío
recortado en el cielo.
Te busqué en la lejanía inerte
del cielo que se empeña en olvidarte.
Te busqué, apenas salida de la inocencia
y te busco hoy, mujer en tránsito,
en cada sentimiento.
Nunca te encontré, pero sigo buscando
los jirones de tu voz
en cada murmullo y en cada aleteo.
Te busqué ayer cuando el tiempo era joven
y la luna se ofrecía como amiga.
Te busqué en el intento y en el abrazo temeroso.
Te busqué como quien pierde la vida
en cada arrebato pasional
y renace una vez más
cada mañana.
Te busqué ayer en el suspiro eterno
de la flor que se marchita.
Te busqué por fuera y llegué a mi centro.
Te busqué.
Juro que lo hice
y que no me arrepiento.
Te busqué una vez
y volvería a hacerlo.
Te busqué en el viento una vez
cuando era audaz y a nada le temía.
Te busqué...
Juro que lo hice,
Dios recompensó mi tiempo con hijos y un intento.
Quizás sea tiempo de encontrarte
en la soledad del camino resignado.
Quizás sea tiempo de olvidar el espanto
y lanzarse virgen a las márgenes del viento.
Te busqué una vez
y jamás olvidé como hacerlo...
Te busqué una vez
y volveré a hacerlo
cuando los círculos del viento se cierren
y vuelvan a mi las hadas y los cuentos.