Nací en Barcelona, a los cinco años me detectaron una minusvalía, y
que debería ir a Estados Unidos para que me operaran. En este viaje
fuimos todos mi hermano, mi padre y mi madre. Pero los médicos de
allí no me querían hacer la operación porque decían que era demasiada cara
para mi. Mi madre acabo entre juicios porque no quería que yo me quedara
así el resto de mi vida. Tuvimos que hacer muchos juicios y nunca llegábamos
a una solución hasta que el juez dictó sentencia. Dijo que yo me tenía que
operar y que como los médicos no querían, que la mitad de los gastos
correrían de su cuenta por haberme hecho esperar.
Mientras estaban todos en juicio y yo iba en el colegio para
aprender un poco. Después que el juez dictara sentencia ya tenía siete
años; los médicos me pusieron en una lista de espera para que pudiese
operarme de las piernas que no me crecían. Me estuve tres años en lista de
espera porque decían que querían ver si el proceso de crecimiento iba bien
pero no fue así, al final me operaron. El día de la operación tuve mucho miedo
por si algo pasaba . Unas cuantas horas más tarde salí de quirófano con unos
hierros en las piernas y toda mi familia a mi alrededor.
Algunos compañeros de clase fueron a verme al hospital. Yo allí
hice muchos amigos y no los quería dejar aunque los médicos me dijeron que
me tenia que quedar unos años más para ver la recuperación y saber si me
podían quitar los hierros. Allí estuve hasta acabar la ESO, muchos años, yo
no me recuperaba, solo tenia unos hierros puestos para nada, hasta la visita
de cuarto de ESO que me dijeron que me los tenia que quitar y ponerme
otros haber si me curarían mis piernas. Mis padres se separaron porque mi
padre no soportaba ver mis piernas tan mal y se volvió a España, mi madre
me apoyaba en todo, me ayudaba en los exámenes; cuando me tocaba alguna
visita o alguna operación, nunca se fué, siempre estuvo a
mi lado pasara lo que pasara. Hay madres y padres que por alguna minusvalía
los dejan tirados en la calle o en un orfanato, pero mi madre siempre
estaba allí para cualquier cosa, ella me animaba a hacer las cosas, ella me decía
que tenia que sufrir un poco para poderme recuperar y que al final de esta
historia nos volveríamos a España, eso es lo que mas deseaba en toda mi vida
a parte de recuperarme de las piernas. Estuve muchos años en silla de
ruedas porque como me habían puesto los hierros no podía caminar pero yo
seguía viendo a mis amigos e iba a la escuela.
A mi me encantaba estar con los amigos pero después de la operación nada
mas nos veíamos en mi casa, porque me podía mover muy poco. Cuando tenía
veinte años se acabó todo con dos operaciones de piernas, pero lo
mejor es que se habían acabado las operaciones y que podía caminar bien,
como una persona normal.

Cuando me quitaron los hierros pensaba que estaba soñando que era uno de
esos sueños que había tenido miles y miles de veces, pero en este caso fue
real no estaba soñando. Tuve que estar muchas semanas de recuperación
porque es como si se te hubiese muerto la pierna pero hice fisioterapia
para recuperar la movilidad de mis piernas. Al acabar la fisioterapia,
me iba con mis amigos a discotecas y a lucir mis piernas, porque ya podía
lucirlas, podía ir a cualquier sitio, sin la silla de ruedas, podía caminar.
Mis amigos me animaban a ir a las discotecas a bares a todos los lados
donde iban ellos.
Un año por vacaciones yo estaba estudiando medicina en la
Universidad y quise ir de vacaciones a España a volver a ver a mi padre a los
otros amigos que a lo mejor no me reconocerían.
El viaje fue largo pero fue lo mejor que hice desde que podía caminar por mi
misma. Hacia muchos años que no viajaba en avión.
Una amiga, Patricia, me reconoció; fueron muchos años sin verles y a
lo mejor se fueron a vivir a otro lugar. Pero los encontré a todos menos a
Pedro ,que me dijeron se había ido a otro barrio, pero que no sabían
nada de él. Creía que a lo mejor no encontraría a nadie, pero localicé a casi
todos menos a Pedro; me supo tan mal ya que me caía muy bien , era uno de mis
mejores amigos, no se podía olvidar.
Faltaba nada mas que una semana para irme a Estados Unidos otra vez con
mi familia donde estaba mi madre y su pareja echándome de menos.
Un día un amigo que me apreciaba mucho me dijo que había encontrado a
Pedro, yo me puse muy contenta porque quería verle. Me acuerdo que era el
20 de julio de 1992, era mi cumpleaños, mis amigos me hicieron un fiesta sorpresa donde también estaba Pedro; al principio no lo reconocía,
preguntaba a mis amigas que quién era, pero era él, Pedro, me reconoció, la
verdad es que sigo teniendo la misma cara.
Pero él si que había cambiado. Estuvimos toda la semana en grupo y no nos
separamos para nada. Allí me sentía muy apreciada
pero tenia que volver, cogí los números de teléfono de todos, también de los
que había conocido esos días. Una amiga mía me dió un paquete, me dijo que
era de todos y que lo abriese en el avión.
Era una camiseta que me gustaba mucho y otra que me la firmaron todos.
En el mismo avión me puse a llorar de la emoción, no me lo esperaba de ellos,
pero ya ves, sólo en un mes cuanto aprecio te pueden tener.
Cuando llegué a Estados Unidos mi madre y su pareja me estaban esperando,
yo estaba medio dormida porque eran muchas horas de viaje, mi madre me
preguntó mil veces que tal estaban mis piernas, contesté que
estaban bien, que no me había pasado nada, que seguía con toda la movilidad

y que no me dolían.
En septiembre volví a empezar las clases, otra vez los madrugones, pero esta
vez sin la silla de ruedas y en servicio publico, eso me emocionó mucho
porque volví a ser yo y sin ningún defecto, reconozco que tenía complejo al
no poder caminar pero aun así no hice ninguna tontería. Ahora estoy orgullosa
de poder caminar y de poder bailar.
Al cabo de cinco años acabe la carrera de medicina, empecé la carrera de
veterinaria, un sueño que quería cumplir aunque no me sirviese de nada.
Al cabo de unos años me dieron trabajo para ejercer de médico en un hospital
muy grande donde había mucha gente y me relacioné muy rápido.
Habían muchas compañeras allí, me lo pasaba bien trabajando, los
compañeros me apreciaban aunque les dije lo que me pasó y tuvieron un poco
de pena por mi, pero les dije que ya había pasado.
A los pocos meses hice vacaciones para ir otra vez a España para volver a ver
a Patricia, a Pedro, a todos, los echaba de menos.
Volví a irme a España con la cámara de fotos y una foto de ellos.
Me costó un poco reconocerlos porque ya nos habíamos hecho mas mayores y
esta vez Pedro no quiso estar solo una semana conmigo sino todo el mes.
Lo reconozco, me gustaba mucho Pedro, pero no quería hacerme ilusiones
porque dentro de poco me volvía a ir y no quería dejar cabos sueltos.
Al mes volví a Estados Unidos con muchas fotos para enseñar a mis padres y
a mi hermanito.
Los extrañé pero me lo pasé muy bien en España, íbamos cada noche a un bar
o a una discoteca distinta, me gustaba conocer los lugares nuevos.
Al volver, mis padre me dieron una mala noticia, mi abuelo murió por un
cáncer que ya me habían dicho hace meses. Mi hermano no lo sabia y se llevó
un gran disgusto.
A los pocos días lo enterramos, mi madre estaba muy deprimida, era la
persona que mas apoyaba a mi madre, y a mi.
Estaba estudiando alemán por si quería ir de
vacaciones, al acabar me puse a estudiar
muchos otros idiomas, lo que pasa es que cuando acabe de estudiar todos lo
idiomas que me hacían gracia, dejé mi currículum en el aeropuerto ya que me
había cansado de ser médico y quería ser azafata de vuelo ó traductora.
Me dieron los dos trabajos, no se cómo lo pude hacer, me iba de vuelo,
cobraba mucho más que de médico y me gustó.
Me estuve muchos años de azafata, pero empecé a trabajar de profesora en
una escuela de idiomas donde ganaba mucho y no me tenia que ir casi cada día
de vuelo para arriba y abajo.
Conocí a un chico que cada día nos veíamos, tomábamos una café o
cenábamos. Unas vacaciones las pasamos juntos, nos volvimos a España ya que

tenía mucha ilusión de que conociese a mis amigos de la infancia.
Solo estuvimos dos semanas porque teníamos que volver los dos a trabajar,
pero me lo pase genial y esta vez no me hizo falta buscar a nadie porque tenia
sus números y antes de ir hacia España los llamé que volvía. Esta vez no
se me murió ningún pariente, pero al cabo de un año murió la pareja de mi
madre por un accidente de trafico cuando iba a Los Angeles, lo pasó
fatal mi madre, pero entre los tres la apoyamos y siguió adelante.
Con ese chico lo dejamos porque era muy celoso y no aguantaba que me
estuviera controlando todo el día. Yo tuve a mi primera y única hija, es lo
mejor que me pudo pasar; estoy todas las mañanas y las noches con ella,
por suerte no le pasó lo mismo que a mi, la maldita enfermedad de las piernas,
que aunque todos los médicos decían que havia un 50% de que pasara y un
50% que no, por suerte nació sana.
Mi madre la cuidaba por las mañanas y yo cuando plegaba; a mi madre la hizo
muy feliz haber tenido una nieta, mi hermano a los pocos años tuvo un
hijo, a mi madre le encantó tener una pareja de nietos, de echo quien los
cuidaba era ella porque mi hermano y yo teníamos mucha faena y se nos
hacia imposible, él era separado, y yo, tirando con un chico muy
cariñoso, el padre de mi hija.
Mi madre encontró otro hombre, pasó mucho tiempo con mi madre; hasta que
mi madre murió por causas naturales cuando yo
tenía cuarenta y cinco años, lo pase fatal, tenía a la pareja de
mi madre que me llevaba fenomenal y me aconsejaba mucho.
Ya cuando toda mi familia murió, me fuí a vivir a España y dejar a todos mis
compañeros; fué la ruina volverme a España, los trabajos los pagaban
muy mal, pero gracias a los amigos, me pude arreglar, estuve alquilando un
piso que no estaba nada mal, al final lo compré. Estuve trabajando de
secretaria en una empresa muchos años hasta que me jubilé, la pensión no
era gran cosa pero me arreglaba.
Los días se me hacían muy largos por eso me apunté en un gimnasio donde
hacía mucho deporte, lo que más me gustaba era hacer bicicleta y piscina,
mucha piscina, me pasaba horas.
También me gusta mucho la música.
Me lo he pasado muy bien en esta vida, aunque tuve ese problema en la
infancia, también me afectó lo de mi padre, que se hubiese ido por mi
enfermedad en las piernas, no lo entiendo, pero si sabía que me iba a
recuperar, suerte que tuve a mi madre que me apoyó en todo, eso es lo mejor
de una madre.
Muchas tardes de sábado me las pasaba jugando a la petanca con los vecinos

y amigos, y todos lo domingos bailando la sardana en un parque donde hay para hacer muchas actividades. Mi hija y yo éramos inseparables aunque su
trabajo nos separaba un poquito, pero si no nos veíamos un día al otro si, era
ejecutiva.
Yo estaba muy orgullosa de ella porque quería hacer bien su trabajo,
también tuvo una hija y yo la cuidaba cada día aunque el padre, no era la
mejor pareja del mundo, pero yo no podía hacer nada se tenia que dar cuenta
ella no yo.
A mi nieta la eduqué bastante bien, ella hizo la carrera de abogada, aunque
estudió varias carreras por si pasaba algo, también estudió muchos idiomas,
yo le aconsejé que lo hiciera, por si algún día se quedaba sin trabajo;
los idiomas no son difíciles de aprender y era fácil conseguir un buen puesto
de trabajo con los idiomas.
A los diez años los de tener a su hija se casó con otro hombre que no era el
padre de su hija.
Tuvieron otro hijo pero esta vez fue varón, ese matrimonió duro toda la
vida.
Todo acabo muy bien al fin y al cabo.



FIN