Imperios... Siempre han existido, el deseo de dominar a aquellos que están más cerca y cuando esto se ha conseguido, irse más lejos para hacer lo mismo. A veces se ha hecho al contrario, empezar el imperio en lugares lejanos para acabar cerrándolo cerca de las fronteras. El imperio nace en la cabeza de un dirigente y poco a poco va enraizando en el resto de la población, hasta que esta toma conciencia de ello, el pueblo acaba creyéndose Imperio.
Algunos, hoy en día, se creen los más progresistas por denostar y criticar al imperio que domina el mundo actualmente, Estados Unidos de América, pero tal reflejo ha existido desde que se creara el primero. Los que están sometidos casi siempre luchan e incluso desde el corazón del imperio.
Los imperios siempre han tenido muy mala prensa( hasta el hijo de Dios dicen que está entre sus victimas) pero también han sido portadores de cultura, de adelantos y en algunos casos hasta de estabilidad.
La imagen de un imperio se asocia en la mayoría de las ocasiones a una maquinaria de guerra que arrasa por donde pisa dejando como único rastro la muerte y la destrucción, pero esto no siempre es así aunque se haya producido alguna que otra vez. El imperio es inteligente, eso no le conviene, la mayor parte de sus conquistas se producen con la sola presencia de su poderío, eso hacía Roma y eso hace Estados Unidos, fíjense como tiembla un pequeño país con la sola presencia de la VI Flota ante sus costas. Cuando ello no funciona el imperio no tiene piedad...
Los imperios maquillan de religión,democracia, estabilidad, progreso, etc sus ansias de poder pero el objetivo último no es otro que el vil oro, las riquezas. Si quieren saber donde hubo un imperio solo tienen que ir a sus ciudades, allí la historia dejó marcada en piedra el sello del poder.
Si uno repasa la historia del mundo desde hace tres mil años puede sacar muchas conclusiones, algunas muy discutibles pero hay una que es totalmente indicustible, todos los imperios acaban cayendo, todos.

Luis Barrasa Martínez(Barrasus) Sevilla 16 de octubre de 2005