Hete aquí ,que luego de incontables intentos de eludir la realidad, la ruta 3 kilometro 2890, me levantó temperatura, con sus curvas, contracurvas y el recuerdo de unos senos recientemente descubiertos, (casi había olvidado lo que eran).¡Que pedazo de tetas! a mis treinta y tres no había visto cordillera tan amplia, las glaciaciones no habían llegado hasta aquellas cumbres puntiagudas, sin embargo, la nieve blanca y lechosa, invitaba a contemplar una merienda, promisoria a mis pueriles deseos, ¿pueriles? mis más bajos instintos o de mis zonas pudendas mejor dicho. La ruta cada vez más recta, asemejaba, la gigantografía de tus pensamientos, sin embargo, dos seres que al unisono se encuentran sin saberlo, se encuentran sin saberlo...
mi mente no consive, pero es mi corazón,
quien me motiva, tus ojos y tus manos,
tus labios y tu encuentro,
¡TUS LABIOS Y TU ENCUENTRO!
Que sabia que es la savia de tu piel,
que sabía que tu piel era tan sabia,
sin embargo la estirpe de tu raza,
regó cada planta en mi terraza,
como sabio cultivo de los incas,
ebrio, acompañado, solitario, acongojado,
vaso adentro, impertinente,
irrepetiblemente arrepentido,
dolido, trastornado e inconsciente,
soy un cornudo mas e intrascendente.
De modo que mirar o dir pensando,
de que modo, plantearía mi existencia,
sería un embole omnipresente
y en tal caso extrañaría tu presencia.
Volvamos a la gracia y tu mirada,
va a regalarme un chiste pasajero,
como fueron las palomas mensajeras,
el mas cornudo es el más pajero. |