-Sólo te diré tres palabras y luego no quiero volverte a ver. Estas tres palabras son:
-Como – te – compadezco”
¡Que dolorosa opresión siento en mi pecho! ¡Cuánto remordimiento! ¡Cuánta culpa! Si me duelen esas horribles palabras catapultadas desde tus labios curvados por el odio para embadurnar mi rostro de vergüenza, más me mortifica el largo silencio que se aposentó en mi vida, silencio que no soy capaz de violar por temor a caer en la abjuración y sabiéndome culpable de todo, creo que ni mañana, ni pasado mañana, ni nunca, podrá cerrarse en mi pecho esa herida profunda que dejaste en mi pecho al clavarme esa daga que me condena a un perpetuo desangrar, una daga construida con tres palabras filosas que dejaste tremolando para siempre en mi alma dolorida:
-Como – te – compadezco…
Texto agregado el 16-10-2005, y leído por 142
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