Ya usadas se encuentran
las manos de Rafael,
las estrellas lo admiran,
le dan vida a cada martillazo
¡Pum!,¡Pum!,¡Pum!.
He aquí tu dicha mi amigo,
tu versión única de lo que es,
el hallazgo de lo asombroso
próximo a saber, el brillo,
el amo de la noche,
empapado de una inentrañable
humareda.
El gusto de lo ido presente
el malestar de lo futuro,
en el pasado,
una vida sin lucha,
una anomalía,
la juventud maldita,
el olor a muerte
impregnandola,riéndose
a escóndidas en su regazo,
saltando de un lugar a otro,
invadiendo
cada estigma de lo dado,
escalando cada paso de fidelidad,
crueles cadenas de terciopelo,
infinidad de terrores
en los arco iris.
La tormenta de los rayos paranoicos,
duda en deshechar sus antídotos,
la brújula de la perdición, ayuda,
los perdidos piden a gritos compasión,
el más feo de los hombres,
aún no ha aparecido.
Los locos, los poetas,
todos ellos ditirámbicos de Dionisio.
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