“Otro día más sin verte”. Ayer te busqué por esta ciudad de luces brillantes. Toqué a tu puerta, con mi sonrisa cansada, con un beso que despertaba para lanzarse al infinito de tu alma.
Me quedé tras la puerta de madera extraña que oculta tu ser y tus cosas. No sé cuánto tiempo pasé allí, inmóvil, sin atreverme a marcharme del todo. El peso de tantos minutos entumecieron mis piernas; nunca habían estado tan rígidas. Mis ojos, mis pies, al fin se resignaban a caminar sin rumbo fijo.
Al fondo de la noche, una espalda fuerte y varonil escribía su nombre para mi. Parecía una pequeña retahíla de versos. Fui hacia él. Toqué su hombro y le pregunté su nombre. Me recitó su pequeño poema y luego, al volverse, me miró a los ojos. Los suyos estaban aún más tristes que los míos. Le tomé de la mano y comenzamos a caminar en silencio hacia el final de la calle.
Al tocar la esquina de aquel rincón en tierra de nadie, comenzaron a difuminarse las luces mientras la luna se encendía para nosotros.
Abrazados en nuestra esperanza le musité al oído sus propias palabras: “ tililan, azules, los astros, a lo lejos”.
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“Otro día más sin verte” : (bellísima canción para pensarte, de Jon Secada )
“tililan, azules, los astros, a lo lejos” : (de mi admirado Pablo Neruda)
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