Cuando vivía en Nuevo México,
yo tenía mi propia clínica.
Siendo un doctor de medicina interna
atendía a pacientes con diferentes tipos de enfermedades.
Desde un resfrío, problemas cardiacos, diabetes, cáncer, etc.
Siempre trate de salvar vidas,
de estar al pendiente de que a mis pacientes no les faltase medicamento.
En una ocasión se me bajó tanto el azúcar que entre en un coma diabético.
Entonces pase a ser el paciente al cual la vida no se le pudo salvar.
Texto agregado el 14-10-2005, y leído por 218
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