Aquí estoy...¿No me ves?
Escondida tras una pared de lamentos
¿No oyes mi llanto?
No.
¿No ves como grito tu nombre?
¿Es por eso que te escondes?
Nunca me viste...
ni me verás.
¿No entiendes que entregué todo de mí?
¿Cómo no escuchaste mi súplica herida?
Si acaso fui demasiado débil
no solo fue mi pecado
Sino también el tuyo.
¿Esperaba yo algo más, aún así?
Quizá solo un poco de luz...
De un sol enegrecido
de inútiles mentiras.
Tú me miraste alguna vez.
Sí, con ojos reflejando
inútiles, dolorosos y dominantes deseos.
Si es que alguna vez también
fueron con verdad y anhelo.
La verdad se revela
ante mi mueca dolorosa
con dejo de una sonrisa...
Sin duda, lo hiziste.
¿Pensaste en mí?
No.
Ni nunca lo harás.
Texto agregado el 14-10-2005, y leído por 110
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
12-11-2005
El desvelo de un adiós que domina y perdura, en cada susurro de la noche que se hace cada vez más eterna, más maligna y más certera.
Saludos.
_Amelie_
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