Un poco de silencio ¡por favor! que se callen esas voces, las bocinas de la calle, el murmullo de la gente... Cállense.
Es extraño, pero no te extraño, ya no estas aquí y hoy no te tengo a ti... tampoco me tengo a mi. ¿A dónde iremos ahora? ¿ a donde iré sin ti? ¿ a donde iras sin mi?, sin embargo no te extraño, tampoco me extraño a mi ahora que vivo sin vida... ahora que estoy sin ti.
Tú y yo, una y mil veces... y miro... y callo... sólo calla mi voz, pero no mi pensamiento. Maldición quisiera dejar de ser yo, ser nada o todo pero no yo.
Miro hacia el cielo gris, no porque se acerque la lluvia sino porque se acerca el fin... y pienso... pienso en ti.... es extraño pero no te extraño.
Esta lloviendo, pero no es agua, son mis lágrimas que mojan mi alma. Tal vez la lluvia me ayude a olvidar... ¡Espera! ¿Qué se supone que tengo que olvidar?. ¡Maldición, no puedo!, no puedo dejar de recordar, tampoco lo puedo negar, sí, te extraño, sí, te amo, pero preferiría no hacerlo, tal vez si no lo hago dolerá menos.
Ya es de noche, sigue lloviendo... sigo pensando. Me voy a mi cuarto... nuestro cuarto, me recuesto en la cama y te veo ahí, es mi recuerdo, ¡maldito accidente! ¿ no crees que es injusto?, nos amábamos y ahora ya no estas... quisiera dejar de pensar. Por fin hay silencio, no hay ruidos no hay voces, no se escuchan las bocinas en la calle ni los murmullos de la gente, sólo el sonido de las gotas cayendo en mi ventana ... y tú llanto agudo que se repite en mi alma.
Miro tu lado de la cama, ahí estas... estas llorando y yo sin poderte consolar. ¿Por qué no me quede viva? ¿por qué no moriste conmigo? estas tan cerca y a la ves tan lejos. Maldita muerte, maldita vida sin vida... sigues llorando... seguimos llorando... las nuestras son lágrimas de sangre.
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