Estabas tumbada en tu cama, con las piernas flexionadas hacia arriba y levantando así las sábanas que te cubrían (dejando ver tan sólo un poco de la camiseta que usas como pijama y de tus piernas desnudas). En tu mano, un boli BIC negro. Sobre tus piernas, un cuaderno; pero no es un cuaderno cualquiera, sino un diario.

Es TU diario. En él están anotadas todas tus peripecias, todos tus altercados, todos tus sentimientos... Lo abres; garabateas rápidamente con un tipo de letra que sólo tú podrías descifrar lo que te ha ocurrido en ese día y lo que sientes por ese estúpido que no hace más que ignorarte en persona, pero que parece que quiere algo más de ti.

Guardas el cuaderno y apagas al luz.

***

En tu mochila se encuentra el diario, en un bolsillo semirroto. A punto de subir al tren, en el último viaje en el que os embarcáis la pandilla, se desgarra el bolsillo y deja caer el cuaderno...

Lo coge... él; y lo abre en una página al azar. Lee un poco y sonríe. Cierra el cuaderno y te lo da en tus sudorosas manos. Te besa en la mejilla. "Si tan sólo lo hubiera sabido antes" te dice. Él entra en el vagón.

Tú, anonadada, tienes claro qué hacer... "Este viaje será inolvidable, mi niño"