Una palabra al olvido
un recuerdo prohibido
un sueño borrado entre tus labios y los míos.

Un adiós muerto que se pasea por mi semblante
una caricia rota zozobrando en mi alma
un amor imposible navegando por los momentos
en que fuimos uno condenando nuestro tiempo.

Una verdad oculta tras el fondo de tus ojos
un dolor en penumbra, una sonrisa dormida
una poeta muerta que aún suspira
en tinta negra el luto de tu ausencia.

Se fue mi musa de tu mano
por firmamentos perdidos, como laberintos escondidos
ya no cantan las sirenas y el amor se hizo quimera
ya no florecen las rosas, se han muerto las esencias.

Pedacitos de vida, de existencia
nunca estuve bordeando tu cielo, alimentando tu inocencia
y cuando susurraban en el aire el eco de las balas
callabas la boca tragándote la ira.

Solo fuiste un sueño plasmado en letras
una cadena de insignificados
un abrazo malgastado, arrasando inviernos.

Así muere el poeta en cada pensamiento
en cada trazo de letras autónomas
mi musa se fue al infinito, no volverá, se quedó en el vacío.

De un beso, de un abrazo
de un amor verdadero sepultado
estrellas que se ríen del cielo
mientras danzan suspirando envidiosas por la luna
destronada de su brillo, se hizo pálido, no frío
Y sigue contemplando a los enamorados.

Promesas al miedo encadenando corazones desangrados
si te amo se abren las llagas con tus pasos
si me olvidas todo comienza se repite
en historias que terminan lastimando
sueños, ilusiones, locura.

Inventé el mundo en tus ojos
con el brillo de tus lágrimas
dejé las huellas de mis labios por tu alma
y murió la poeta con su musa
entre palabras enredadas.

Un grito de dolor partió la vida en dos
paloma sin alas, perdida
entre sombras y vaivenes de la vida
tú dejaste de existir en mi poesía
yo he muerto hoy, al despuntar el nuevo día.