Tiembla el recuerdo que mece a este olvido, tu imàgen no late igual que en el pasado, la espera constante bebió la ultima gota en el despertar del anteultimo esfuerzo.
Esa sensación transita sobre el aire el continuo sabor amargo de tu partida y asfixia en mis sentidos la oportunidad del olvido. Es que simplemente no puedo escapar de donde nunca estuve.
El perfume de tus palabras resurge de aquel adios y me transporta a un paisaje, sin tinta y sin figura, perdido en algún sueño, sin dicha y sin fortuna, vuelven tus milagros y preciso olvidarlos. Insano el tiempo que carece de esencia, sin escuchar lo que grito, sin perdonarme nunca nada. Las heridas no ceden, escarban.
Sucede que hoy, vuelve a decepcionarme la realidad, aun que no entienda por que, el día me demuestra que este fue el final de mis sueños, así que tendrá que arrinconarse el dolor, en el resplandor de la tierra para guardarse sepultado ante las grietas del pasado y partira asi, tu imàgen en la proceciòn del llanto silencioso, apretando con fuerza mis manos, vìctima de la tortura devastadora de tu encanto, demoliendo traiciòn y pulverizando mis làgrimas.
Finalmente, entre el frìo de la noche el viento arrastrara su ruego de despedida sobre el desierto porvenir.

Agustina