¡Si hablaras!
Si hablaras de mañana.
Cuantos desayunos contarías,
cuantos deslices,
arrepentimientos,
alegrías afirmadas,
cuantas esperanzas comunicarías.

¡Si hablaras!
Si hablaras de medio día
sorprenderías a todos
charlando de proyectos,
de objetivos,
de señales,
de construir un mundo nuevo,
de ser más que la sociedad,
sin tener que transgredir el orgullo ni el fracaso.

¡Si hablaras¡
Si hablaras de tarde
gozarías de tú sonrisa alta
porque tendrías que seguir mi farsa
y tendrías que apretar las manos con rabia
y dar vueltas las páginas
para al fin tener el cuello alto
y no mostrar las expectativas
y que mañana tus pares vean
tú sudor excedido de alegría

¿Y si hablaras de noche?
Contarías desilusiones
y tú oscuridad desesperada,
donde los parpados se pegan al techo
y las noches buscan consuelo,
donde la decepción es tu tacto
y tus olores solo huelen a versos.

Mi chaleco con rombos
estás viejo,
añejo...
Tan así que coqueteas con la escoba
y sin prudencia bailas con el basurero;
y aún así te defiendo,
porque eres el portador de mi historia
de mis fracasos y mis deseos.
Portador de mi sueños cumplidos e incumplidos,
portador de mi alma
que te ocupas de lo que termina siendo siempre...
un sin sentido.