Adán se encontró con un pedazo de mierda ahí botado tirado en el asfalto casi al final del mundo - parecía un tocón, pero viéndolo bien, parecía más bien un pedazo de mierda -, Dios bajó entonces corriendo del Cielo y apuntando con un dedo al pedazo de mierda (pero sin tocarla), le dijo a Adán lo siguiente: Esto es Lilith, Adán, que no sé si la recuerdas; estamos ya casi al final de un mundo y es necesario que le entregues a ella toda la mierda de tu alma.
(Amar a Eva había sido demasiado fácil, había sido como amar a un espejo, un trozo de su mismo cuerpo. Adán contento de su victoria se peinaba los cabellos con la yema de los dedos: Pero el mundo se había podrido y se había vuelto en grande el mundo de los insectos)
- Entrégale toda la mierda de tu alma - le dijo Dios. Y Adán hubo de hacerlo.
¿El Plan era sencillamente Genial!
Apostada en las puertas de los Infiernos Lilith se veía a sí misma como un Ángel de afilados hombros desde el cielo. Adán no había hecho más que amarse a sí mismo a lo largo de la historia y ahora se hallaba solo y triste, desolado. Sin emoción alguna frente a un espejo que imperceptiblemente lo había abandonado..., como en furtiva huida. Y el alma se le había llenado de mierda (como a Usted). Planeta podrido acosado por pancartas de putas e insectos gigantescos. Competencias asesinas masculinas por los bollos más calientes. Pum! Pum! Disparo tu pistola. Sonrisas frente a las cámaras. Monday y Tuesday en Globovisión, Colonia Norteamericana e Israelita de cerebro lavado. Sonrisas frente a las cámaras, tetas plásticas para esconder avergonzada la belleza. Genes violados y requeteviolados hasta crearos vuestra estupidez...
Hipo-crecías.
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Dirán de Eva que fue blanca, china o negra... Dirán de Eva lo que quieran, pero era en definitiva, lo que más Adán necesitaba: una amiga.
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Adán camina por la calle y ve los ojos de Lilith pasar de una mujer a otra, en la playa, en tugurios de petare, chacaito de noche, bajo el puente, la mujer-noche que sabe, que folla, que tira. Anillos de Saturno morados en sus ojos absorben y comparten en el infierno. Calle chiclet de puntillas.
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- Bueno, ¿Pero qué te pasa, peazo e pajúo? ¡Yo soy la Eva de tal y la Lili del Vergón! - Entonces lo de la Eva de tal parecía cosa de carajitos, en cuanto al Verdugo...
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El Verdugo se vestía de negro todas las noches del mundo y se le inflaban los ojos blancos con el filo de dos estrellas gemelas. Al Verdugo nada le parecía bien y se hiciese lo que se hiciese nada le parecía lo correcto. Enfilaba la guadaña y la montaba a todo aquel que se diera cuenta.
- "Entrégale toda la mierda de tu alma" -, (Pero Dios no dice "o") |