Los pasos se acercaban,
El hombro traía al corazón,
Con la pierna quebrada por la traición,
Con el pelo rizado pero no por emoción,
Con la mirada baja,
Escondida, diluida en el tiempo
Que se perdía y no quería regresar.
Soportando esos minutos de muerte
Que enceguecían las cortinas de seda
Y el sujeto en el sillón de roble
Esperaba para incitar un adiós
Con la pluma en mano dibujando la invitación.
Los pasos se fueron.
Texto agregado el 11-10-2005, y leído por 140
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