Lo que trago es lo que soy - de eso no me queda la menor duda.

A veces trago tanta rabia que transcurren meses antes de tocar su fondo y entonces entiendo - no era más que una transformación necesaria (un cambio de forma). Paso a la dimensión esencial de lo que me provocaba la rabia y aprovecho la oportunidad para observarme desde afuera (a mi "antes") y observar las circunstancias. A veces me quedo pegado en estas observaciones y como no voto por ningún lado, desaparezco, - lo cual no está mal.

Éste fenómeno anteriormente escrito se expresa en: "Es absurda la manera en que reaccioné", entonces uno trata de entenderse en ese momento y muchas veces uno cae en el error de darse toda la razón y vuelve a caer en el tiempo. Tampoco se trata de no darse la razón. Se trata sólamente de observar la ecuación completa y observarse a sí mismo como un elemento. Si uno se observa, el cambio que la ecuación procura está hecho. - Repito: se llega al fondo de la rabia y a veces pasan meses; y se alcanza la dimensión esencial de la rabia, sublimando el "problema" y entonces uno desaparece para dejarse como inspiración que obliga a tragar saliva al "antes" (al "ahora").