El hombre se dirigió presurosamente hacía un bazar de novedades y miró muy nerviosamente a la persona del mostrador, una señora muy culta y refinada y le dijo:

.-Quiero que me venda un almanaque donde aparezcan las mujeres mas bellas del planeta, pues estoy empeñado en crear el ser mas hermoso jamás visto, conjugando la perfección de la belleza, en un solo ejemplar....¡Hoy me siento inspirado!.- la señora soltó una de sus mejores sonrisas y muy atentamente le ofreció uno, donde aparecían doce modelos diferentes; ¡Una belleza de mujer representando cada mes del año!

Mientras tanto, el iluminado pintor, miraba enceguecido el lienzo que acababa de comprar diciéndose en voz baja, que haría la obra de arte de su vida. Los colores y las imágenes, se presentaban en su mente como relámpagos incandescentes y quiso libar una copa para endulzar su talento, con el más frenético delirio de grandeza.

Luego de pagar el importe de aquel calendario, se dirigió a un bar camino a su estudio para gozarse dos tragos de un barato licor, pensando como le estaba coqueteando la gloria en su puerta.

Al entrar a su estudio, recordó sus inspirados momentos bohemios que la vida le había ofrecido y que él, sin ningún miramiento, los había disfrutado sin pensar en mañana, solamente con el hoy por confidente.

Despues de acomodar el lienzo en su caballete, agarró el almanaque recién adquirido y al desdoblarlo en el mes de enero, consiguió el rostro puro de una hermosa mujer y decidió comenzar a ilustrar la pintura, iluminando y trazando con su pincel agresivo, esa furia de goce que encendía la habitación sucia y descolorida, con el rostro de aquella linda señora. Plasmó con una gran maestría, aquellos ojos azules como dejándose llevar por la mano divina del creador, asumiendo la identidad oportuna de un genio. ¡La belleza y el brillo que plasmó, le dio su vida propia!.

Al consumar el principio de su obra maestra, respiró complacido y se aferró al siguiente paso y siguió a la página del mes de febrero y decidió pintar la nariz perfilada, quizás la mas perfecta que había visto en su azarada vida, para retocar en aquel rostro virginal, lo virtual y mítico, dibujando la musa bendecida de lo eterno. La nariz acomodó de forma, la armonía, que se afectaba por la pasión desenfrenada del enardecido pincel.

Ya con los ojos y la nariz, prosiguió con su tarea creadora y tomó por sorpresa la divina imagen del mes de Marzo. Vió en la figura de la mujer de turno, a una venus mitológica con una preciosidad de boca, carnosa y tierna, que derrochaba sensualidad y donosura con solo mirarla y que con inusual hipnotismo, esclavizaba y subyugaba al mas mortal de los mortales, por lo cuál decididamente,...¡La plasmó idéntica, con la magia como autora!
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Con ese mismo frenesí, convirtió su faena en una victoria anticipada que lo embriagaba y lo empalagaba rayando en la locura.

Inmediatamente relajó sus instintos y prosiguió con la doncella del almanaque correspondiente al mes de Abril. Detalló con fiebre de genio, aquella cascada de lluvia que caía sobre sus hombros en una ensortijada maraña de hebras, con colores brillantes semejando los espléndidos broches propios de las iluminadas féminas fabulosas emuladas en los libros antiguos de la mitología mas ascendente y rica....¡Ya el cabello había sido escogido!

Con la misma energía y el brío poderoso que lo embargaba, saldó el mes de mayo del consagrado almanaque, plasmando en su lienzo que temblaba por el febril empuje de la paleta del artista, el cuello perfecto para la dama perfecta de su obra maestra, en un continuo trazado de brocha y brocha, que vaciaban los tubos en su alocada carrera, con los colores mas puros.
¡Ya la hembra perfecta estaba creciendo!

Así, recorriendo el mismo camino que en el mes anterior, llegó al mes de Junio y agregó a aquel rostro imaginario, unos hombros estilizados que se disfrutaban con embeleso en la chica retratada en su mas espléndida belleza, congraciando una juvenil y fresca lozanía, con lo más bello y hermoso.

El almanaque se consumía en la medida que repasaban su contenido y al llegar a la chica del mes de Julio, el pintor enceguecido por su afán de gloria y fortuna, pintó ensimismado, los senos más bonitos y perfectos que pudo admirar en un ser femenino, con una asombrosa y misteriosa similitud.

Aquello era un milagro cubriendo los planos con los colores del alma.

La doncella que se destacó en el mes de agosto de aquel calendario de beldades, resplandecía con aposturas regias y firmes y el desvariado pintor, le arranco sus brazos como en embrujo, para plasmarlos y agregarlos al cuadro que ya comenzaba a desprender destellos con impresionante motivos, que pugnaban y desafiaban el buen juicio del más delirante mortal.

Las manos , las tomó de una mujer hermosa que reflejaba en el mes de Septiembre, toda la majestuosidad y el placer de mirar absorto, la lindura de una hembra. ¡El sortilegio contenido, se esforzaba por cumplir con su victoria sin esperar respuesta siquiera de lógica y cordura.

El sendero hacia la cintura perfecta y las caderas de molde en otra mujer para otra mujer, lo consiguió en las personas retratadas en los meses correspondientes de Octubre y Noviembre. Aquello representó para el devaneo del abstraído pintor, una absurda caída que lo sumió en un estado casi de choque, pues se distraía con la emulsión y vapores que le producían sus deseos de grandeza y que lo cegaban con la furia y el desdibujo de su razón.

Al descender a la página del mes de Diciembre de aquel agraciado calendario, la dama que representaba con todo su magnificencia a ese mes tan florido, llenó de gozo y placer al pintor y se deslumbró pintando sus bellas y esculturales piernas para culminar en un estallido de frontal esplendor, la obra que con tal galanteo a la historia del arte, se propuso llevar a la tela en su puntual osadía.

Cuando terminó su último trazo y su último toque, sus manos comenzaron a temblar y a sudar. Un escalofrío le recorrió su cuerpo como escupiendo mil rechazos a su desbocado atrevimiento......¡¡HABÍA CREADO UN MONSTRUO!

Se deslizó una picara sonrisa en el desdichado y frustrado pintor, asumiendo para la historia, que lo absurdo en buscar la belleza en la perfección de la misma y exagerando su importancia, solo es una quimera que el hombre ha perseguido y se ha esforzado en procurar para consolidar una felicidad, que solo es plena,...¡Cuando se tiene a Dios en el corazón!.