Coincidieron coincidencias para encontrarte. Coincidió que fue en un momento tan indicado para el mundo que crearíamos más tarde, y a la vez tan inconveniente para las realidades que traíamos de antes pegadas a los zapatos.- Ahora ando descalzo sin peinarme, sonriendo y desneurotizado, te tengo sin tenerte y no me escapo aún a enjaularte, aunque si lo hiciera sólo te contemplaría unos minutos haciéndote cariño entre los barrotes y luego te soltaría sólo para verte saltar a toda velocidad sacudiendo tu melena, arrugando la nariz y gruñéndome con una sonrisa en los ojos. Sé que no me temes y más me gustaencantas cuando te veo de reojo dejando que te alejes, uno, seis, catorce días, todas las camas y toallas, panes con queso y leches con chocolate que se caen en la cascada de tiempo dentro de la ley, dentro del no vernos, del hablarnos como en secreto, de querernos sin permiso, de despedirnos todos los días porque esto se acabó, porque así uno se acostumbra, porque la atracción amistosa decantará en pulcra amistad y brillante e impecable recuerdo.

Quédate.
Date la vuelta, corre hacia mi, mientras corro para atajarte, para envolverte con mi mano y abrigarte en mi bolsillo lleno de pelusas, el de mi camisa, ratoncito. Trae tus labios morados acá para limpiártelos tiernamente con los mejores besos, esos que responden a los tuyos. Tráeme ese cuerpo que me dijo que me pertenece, para descansar sobre él mis dolores de ciudad en sueños de cerros, de barcos llovidos, de canciones de otoño. Vamos a botar los paraguas y a mojarnos todo el invierno, y cuando sea verano en una mirada podremos empaparnos las veces que queramos. Ponte la mochila y llénala de tus cosas y de las mías, yo haré lo mismo y caminaré a tu lado, mientras lees, mientras te instruyes y enchufas tus cables, cortas tus dedos y te encajas en tu overol fuxia cromado con alas delta y reproductor de mp3. Después mientras llegue otro espacio para alargar los pasos y entintar los labios y reventar estrellas, viajaremos para ver crecer de nuevo tus dedos maltrechos, ensayando nuevos enfoques de ojo, construyendo el guión de nuestra nueva película. "Quédate" quisiera gritarte, salirte a buscar, pero vuelvo a la inconveniencia de mi racionalidad (si es que algo me queda de eso) y te miro de lejos, me asomo a tu foto, a mi ventana, a tu cadenita que quedó sobre el colchón, te armo al lado mio con recortes y te acaricio en la memoria y en palabras, en la magia de unas letras, de algunas notas que caminan conmigo, robando noticias de ti a la calle, al viento, a la lluvia cuando llegue y tú no camines conmigo.-