Cuando me recuerdes,
no podrás ocultar
tu perfumada vergüenza,
deslizándose por los pliegues
de tu saco y corbata.
Mi nombre
se filtrará en tu desayuno
y un aroma agrio,
quedará adherido a tu boca.
Cuando me recuerdes,
se pegará a tus dedos
una sombra sin tiempo
para tu vanidad,
y un presagio inconcluso
como perros hambrientos
cargarás por las noches,
cuando el insomnio
te recorra
y un escalofrío incierto
no te deje sentir.
Porque cuando me recuerdes,
no podrás evitar
ese remordimiento
que carcome la carne,
dejando heridas
que se transforman en gangrena,
y aguarda quieta en el corazón
hasta dejarlo seco.
Cuando me recuerdes
y acaso sea tarde
entenderás que el amor,
es un amo implacable
en donde la luz descansa,
todo es posible entonces
todo, menos yo...