Se vuelca el silencio
que llena mi ser,
por mis ojos,
en traspiradas sales.

¡Estoy lleno
de agrio dolor
y pesado desconsuelo,
de un largo silencio,
de un profundo vacío,
desde el espanto aquel,
el de la muerte de mi amigo!

¡La muerte que lo llevó
me dejó solo
en esta inmensidad
de desiertos,
mal herido,
herido de recuerdos
que me asesinan
noche y día,
noche y día!

¡La muerte que lo llevó
se ensañó conmigo,
dejándome en esta agonía
de estar muerto y vivo,
lleno de nada,
de silencio y vacío!

¡Lloro
y de la nada
me viene el llanto,
la impotencia ante su recuerdo,
al escuchar
la macabra melodía
que me silva su muerte,
revolviendo mis llagas,
gritándome que siempre
estará ausente!

Se vuelca el silencio
en traspiradas sales,
porque lo extraño,
porque la muerte
me lo sacó
de todos lados,
me dejó sus fotos huecas
solo con imágenes calladas
y hasta me quitó
su fantasma
del espejo de mi baño.

¡Ay, que lo extraño!

Lloro sales traspiradas
de silencios y agonías,
lloro por su rápida muerte...
...Y la lentitud de la mía.