Encendido el silencio, la luz escapa tímidamente por debajo de la puerta, dejando nuestras miradas abrazadas. ¡Ay, cuanto amor, cuanto pudor, cuanto misterio entrelazado, hincha el cuarto aún sin decirnos nada!
Texto agregado el 14-10-2003, y leído por 285 visitantes. (1 voto)