Todo tan negro y tan jodido; los dientes de este tipo se pudrieron, los blandos caramelos sudaron paladares de injusticia. La leche un puro descuajarse; la esencia del bendito ronca en la cocina, y es la misma cantidad fósforos apagados al borde de la hornalla. Y el verde ardor, la sed de la bombilla; La hirviente agua de los termos se sonríe, tratando de inhalar a la mañana en mediodía. Los lentes del prejuicio, La torpe plañidera, el sendero ausente sin zapatos, y la turbia sangre que no para de moverse.
Texto agregado el 10-10-2005, y leído por 153 visitantes. (1 voto)