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I

Por el momento, Louie no veía más de lo ordinario para la ocasión: la médium tratando de entrar en éxtasis tras una copa de bebida preparada con cornezuelo y otros alucinógenos, los nobles crédulos tomados de la mano en círculo alrededor de la mesa, y fuera de ese círculo débilmente iluminado por las velas, sólo oscuridad.
Louie se preguntó si algo estaría fallando con los nanosensores implantados en sus pupilas, ya que con ellos nunca había tardado más de 30 segundos en ver “cosas” tras la ingestión de alucinógenos de alguien que estuviese a menos de 3 metros de él.
Podía enfocarse totalmente en la dama frente a él, debido a que sus pensamientos eran bloqueados de la percepción de otros gracias los poderes psíquicos de Marie, que estaba a su derecha.
En esas reflexiones estaba Louie, cuando comenzó a “ver”. Al principio, fue lo de costumbre: brillos fantasmales por encima de la médium, pero poco a poco fue vislumbrándose algo peor: aquello era como un racimo de lianas carnosas multitentaculadas, babosas y de un brillo putrefacto, semilleros inmundos de apéndices repulsivos, ojos multiformes y llagas supurando sustancias innombrables. Era repulsivo, pero a la vez fascinante. Lo peor no fue la apariencia, que a mentes menos preparadas que la de Louie hubiesen provocado un ataque catatónico, sino que aquellas ramas de carne alienígena y obscena tiraban de hilos de ectoplasma –no se le ocurría a Louie un término mejor- que movían la mano derecha de la médium como si fuese una marioneta, y ésta comenzó a trazar planos de vehículos extraños, muy avanzados para esa época.
Por su parte, Marie pudo observar los pensamientos de algunos de los participantes en la sesión: Hitler era el más “leíble”: su pensamiento más insistente era “con estos discos ganaremos la guerra. Ya verán esos banales burgueses si no crearemos un nuevo mundo”. Marie lanzó a Louie una mirada contundente, y comprendió que era el momento.
Louie regresó su mirada hacia donde estaba la médium y un sudor frío comenzó a correr por su frente cuando vio los ojos multiformes de la criatura que manipulaba a la médium María Ostig fijando su húmeda y fría mirada en él.
En un segundo, la entrenada mano izquierda de Louis desenfundó la espada cuántica, la cual se expandió en medio metro de agudo filo de titanio al momento de trazar un arco oblicuo desde la altura de su pecho hacia el borde de la mesa, movimiento suficiente para cercenar la mano de Ostig y provocarle una hemorragia mortal, mientras la sorprendida masa tentacular alienígena observaba la sangre manar a torrentes. Al momento que Marie quebraba la tráquea del oficial nazi que estaba a la derecha de ella, Louie cercenó las cabezas de los dos más cercanos a él por su lado izquierdo. Mientras Marie activaba diestramente el abrepuertas temporal, Louie vió con horror que la criatura había abierto un tentáculo el cual brillaba intensamente y que permanecía estático justo encima del punto donde Ostig se desangraba dramáticamente. Louie no tenía poderes, pero no necesitaba ser psíquico para darse cuenta de que la criatura alienígena, si bien no se notaba muy contrariada por la sesión fallida, por lo menos sí se veía extasiada con la matanza. En otros tiempos le habrían dado ganas de vomitar, pero ya estaba muy lejos de esa época. Tomó la mano de Marie y saltó junto con ella al vórtex que estaba a sus espaldas, en medio de los fallidos tiros de varios agentes de la SS, y el griterío histérico del Fürer. Un agente bastante veloz pasó la mitad del cuerpo por el vórtex, pero éste se cerró más veloz todavía. El tronco cercenado cayó en la plancha transportadora de la base Atlanta, en medio de las miradas asombradas del equipo técnico Shockwave 7. Todavía tuvo aliento para lanzar algunas imprecaciones en alemán, cuando 2 técnicos llegaron a levantarlo y llevarlo hasta un tanque séptico, dejando un enorme rastro de sangre –como un caracol del infierno, pensó Louie- mientras lo arrastraban. Louie y Marie todavía estaban sentados en el piso de la plancha mientras esto pasaba, cuando vio a Marie desvanecerse.
Ernest, el médico de Shockwave 7, se acercó para revisar el pulso de Marie.
-Ya le he dicho a ese cabrón de Frank que Marie es hematofóbica…
-No, Ernest. No es eso. Fue el esfuerzo por cerrar rápido el vórtex.
-Lo que sea, creo que esta joven necesita un descanso, y ya. Si se nos colapsa, ¿cómo carajos daremos los saltos? Los otros equipos no nos van a prestar a sus “saltadoras”, cuando de por sí últimamente no han sido descubiertas más chicas “aptas”.
-En eso tienes razón, Ernest. El problema es que los engendros están acabando con la civilización más rápidamente de lo que nosotros podemos destruir los “gatillos”. Por cierto… ¿qué dice el lector de ondas de choque?
-La misión fue un éxito. Hasta ahora la weavematrix no ha fallado. Ya nos había informado que el gatillo para que los antiguos hicieran su aparición en este año eran los planos que Ostig diseñó en trance automático en el momento que ustedes estuvieron, y los portales que los ovnis habían abierto se han cerrado antes de que algún antiguo se colara, porque las ondas de choque temporal llegaron hasta ellas a tiempo. La tecnología alienígena ya es incapaz de crear los portales debido a las circunstancias cuánticas adversas creadas por las ondas de choque temporal directas que ustedes crearon con su oportuna intervención. Felicidades por lo rápido que lo hicieron.
-Así tuvo que ser. Ni más ni menos.
-Me llevo a esta nena, para que descanse un poco, y a ver si requiere que se le administre algo. Pobrecita.
-Me voy al camarote. Necesito descansar un poco.

Mientras Louie iba caminando con paso cansino por el pasillo de camarotes, no dejaba de pensar en la mirada de la “cosa” que manipulaba a Ostig, y no pudo dejar de sentir escalofríos hasta que se dejó caer como un fardo en su catre, y la oscuridad le invadió como un bálsamo bendito.

II


Cuando Louie se levantó con el cuerpo perlado de sudor ya habían pasado tres horas.
De su pesadilla, recordaba claramente los labios carnosos y tumefactos abriéndose en los zarcillos de carne alienígena, y que con una voz mental –típica de los sueños-, no audible pero inexorablemente retumbante y clara dentro de su cráneo repetían: “si miras mucho al abismo, éste termina mirándote”. Había algo más amenazador en esas palabras de lo que aparentaban, lo sabía, pero no acertaba a adivinar en qué podía radicar la amenaza. Tampoco se le dio mucho tiempo para reflexionarlo, ya que la alarma sonó en su camarote, y tuvo que tomar sus píldoras hiper-reconstituyentes y a la vez vestirse para ir al cuarto de comando para recibir la siguiente misión.

Una vez frente al General Frank Weisler, recibió una felicitación de parte de éste por la misión anterior.
-Gracias, General. Esto… ¿dónde está Mary? ¿Se encuentra bien?
-No del todo, me temo. De hecho no podrá ir contigo a la siguiente misión, por lo cual te asignaremos a una nueva compañera “saltadora”. Louie, te presento a Cinthya Tyks.
La chica era hermosa, pensó Louie. “Al menos más que Mary. Pero no es Mary, joder, y esto ya para mí es problema. Nunca he trabajado bien sin Mary”.
-Disculpe mi impertinencia, señor, pero quiero saber si cuenta con el suficiente entrenamiento. Ya ve que otras ocasiones…
-Si, hijo. Tienes razón en preocuparte, pero te lo aseguro: cuenta con el entrenamiento suficiente para ir sola, mas no puede saltar y bloquear pensamientos a la vez que ejecuta alguna otra acción, así que es aquí donde te haces más necesario –le dijo con una sonrisa sardónica.
-De acuerdo, señor. Sólo necesito saber de qué se trata.
-Informe, Srta. Tyks.
-Europa oriental está siendo azotada por una plaga de vampiros sorprendentemente indestructibles. Se han enviado dos comandos especiales shockwave a las zonas espaciotemporales señaladas por al wavematrix y la transmisión se ha perdido. Hemos recibido cero ondas de choque.
-Esto es… sorprendente. Los comandos shockwave no han fallado una misión desde…
-Eso no es lo peor, Louie –atajó Weisler-, y esta es información ultraclasificada. Sucede que los shockwavers enviados eran rango azul.
-Pero General, ellos son los mejores. Son supervivientes condecorados de más de siete misiones. Si esas misiones fracasaron, como tememos, ¿cree usted que una novata y yo podemos lograrlo? Digo…
-Escucha bien, Louie: No quiero discutir, pero debo aclarar algo: fuera de los azules, eres la mejor carta como responsable de cuatro misiones exitosas, sin contar la última. Por otro lado, los estrategas han considerado que enviar a más de 2 agentes a estas misiones específicas ha influido en su probable fracaso. Y en cuanto a Cinthya, ella no necesita experiencia. Ya te lo mostrará. Continúa Cinthya.
-De acuerdo, General: La zona cero señalada por la wavematrix está ubicada en la zona del el castillo de Csejthe, en Hungría, entre 1575 y 1585.
-Esto es increíble –replicó Louie-, que los azules no hayan podido enfrentar a una psicópata.
-No te adelantes, Louie. Por lo que estamos viendo allá se coció algo más serio que el asesinato serial de más de seiscientas mujeres. Parece ser que hay intervención directa y abierta del otro lado.
-Pero ya lo hubiesemos sabido, General. No hay ningún registro de que Elizabeth Báthory hubiese abierto puertas al otro lado. Ni siquiera Gilles de Rais lo logró…
-Si me permite continuar, Louie… en los registros detallados del 2005 encontré cierta información la cual parece indicar intervención.
Procedió a mostrarle un informe impreso, con un párrafo remarcado con fosforescente: “Durante sus periodos de soledad una sirvienta del castillo, Dhorko, introdujo a la joven Condesa en las artes ocultistas. Se dice que incluso llegó a ausentarse algún tiempo con un extranjero encapuchado. Cuando volvió, su marido (que había regresado de una de sus batallas) la perdonó pronto.”.
Otro más abajo decía: “Cuando la Condesa se vio envuelta románticamente con algún extraño de ropas negras, de tez pálida, ojos oscuros y dientes anormalmente afilados, los pobladores de la villa, que creían en los Vampiros, tuvieron más razones para temer del castillo de Csejthe. Debido quizá a la imaginación, se dice que aquel extraño era el mismo Drácula que había regresado de la tumba. Un día la Condesa regresó sola de un paseo al cual había salido con aquel extraño y algunas personas afirmaban que le habían visto en las comisuras de su boca señales de sangre. Cuando el Conde Nadasdy regresó, rápidamente perdonó la infidelidad de su esposa.”
-Pero, General, esos son cuentos. Ya sabemos que el Voivoda para ese entonces estaba en letargo, y que ningún otro vampiro en esa época fue lo suficientemente poderoso para influir en los sucesos paranormales del presente.
-Así es, Louie. Pero Cinthya tiene una interesante teoría. Coméntale, por favor.
-Encantada, General. Louie: ¿durante su entrenamiento básico leyó a Arthur Machen?
-Claro. No hubiésemos contado con la valiosa información de Lovecraft sin la obra de Machen. ¿Y?
-Entonces, ya habrá hecho algún análisis sobre el origen del mal en el mundo. ¿O no hizo todos sus deberes, señor Louie?
-Explícate, por favor.
-Creo que estamos de acuerdo en que las estadísticas de la wavematrix, al día de hoy, nos reportan que en más del 70% de las zonas de disparo hay intervención de seres del exterior, auxiliados por sacerdotes de diferentes cultos. Esto sin contar médiums ni otros tipos de canalizados.
-De acuerdo. Pero… ¿qué tienen que ver los escritos de Machen en todo ello?
-En general, la obra de Machen gira en torno a un universo corrompido por la voraz labor de los hechiceros, la cual no es otra que tratar de convertir al hombre en dios, a toda costa, cosa que ya a estas alturas sabemos que ni va a suceder ni es el plan original de su creación. Lea, en cuanto pueda, el informe completo que aquí le entrego, y llegará a la misma conclusión que yo: todos los azotes paranormales que asolan la tierra en estos días tienen un origen común al cual los sistemas de la wavematrix no nos han podido llevar, por ahora, y es la caída descrita en el Génesis.
-Vamos, Cinthya. Eso ya es mucho especular.
-Lea mi análisis sobre “el pueblo blanco”. El General ya lo revisó y estamos de acuerdo en algo: mientras no podamos reunir más elementos con nuestros breves viajes temporales, lo mejor que podemos hacer es rastrear las líneas de flujo paranormal hasta los grandes disparadores iniciados en las zonas “mágicas” de la tierra, y en este caso, los bosques de Europa están señalados como foco rojo por la wavematrix.
-¿Y todo esto cómo nos ayuda, aparte de saber que vamos a donde dos brigadas de élite perdieron contacto?
-Ellos no sabían lo que le voy a comentar. Es una teoría, claro, pero ya le entregué mis fundamentos en mi informe. Bien: el sujeto humano disparador fue un mago. Y muy poderoso.
-Bueno, aquí en el informe habla de colmillos afilados y…
-Si está bien documentado, sabrá que los vampiros de esas épocas eran nigromantes, y con bastante trayectoria, por cierto.
Louie calló. No había estudiado esa relación. Estaba acostumbrado a eliminar patiños lovecraftianos, como María Ostig, pero nunca había sido responsable de una misión para eliminar influencias vampíricas.
-De acuerdo. General: ¿Cuánto tiempo tengo para leer el informe antes de partir?
-Dos horas, Louie Bryan. Saldrán en 4 horas, y los necesitamos descansados y preparados para entonces.


Continuará...

Texto agregado el 10-10-2005, y leído por 104 visitantes. (0 votos)


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