Inicio / Cuenteros Locales / siniset_nihil / El primer paseo del resto de nuestras vidas - 2005
Por aquel entonces, las cosas habían comenzado a ser extrañas, tan extrañas, que los imposibles se habían reducido a su mínima expresión. ¿Qué me cautivaba? ¿Me creerías si te digo que aún -ni siquiera yo- lo sé?.
Claro que no... claro que no me creerías. Ni siquiera podrías dar fe de mi palabra si te re-que-te-juro que no... que no estoy mintiendo.
Y no te miento... tienes mi palabra -¡¿y de qué diablos te sirve ahora?!. De seguro de nada... no por nada encontré mis sueños hipotecados en la esquina de ese café. ¿Los habrás olvidados o sólo saliste a dar un paseo? Linda tarde para salir a caminar -me comentaste- ¿me acompañas?, dijiste con voz dulce y con un dejo de sonrisa -¡jamás supiste cómo me fascinaba tu sonrisa!-. Era viernes... era dulce... era nuestro primer paseo... el primero del resto de nuestras vidas. Y tú sonreíste, a media tarde; yo me hice la desentendida y creíste que no te miraba... pero sí, siempre lo hacía: te lanzaba miradas furtivas desde mis ojos cautivos... pero no habrás de creerme. No hoy día.
Quizás 20 años atrás, sí... y sólo a media tarde, sólo un viernes... y sólo [en el primer paseo del resto de nuestras vidas].
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Texto agregado el 10-10-2005, y leído por 195
visitantes. (3 votos)
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Lectores Opinan |
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10-10-2005 |
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Dulce y nostálgico: la suma de lo queso (cursi). Pero, PERO, pero... contado de una forma muy buena, precisa y estilizada. Me llegó. Desleal |
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