El dulce acorde de la suave melodía
que perfiló tu figura adormecida
no supo percibir la nota que faltaba
para ser semejante a tu belleza diáfana.
El entorno se inundó de partículas
de brillos y de brotes,
vagaba a contraluz la primavera
en medio de horas tibias y maduras,
y el aroma a delicias que flotaba en el aire
se cobijó entre las raíces húmedas.
En la corteza suave y protegida
de tu piel de damasco
se materializaba el cambio imperceptible,
era espejo surgido desde el tiempo
desvistiendo tu infancia
de frescura frutal y zumo limpio,
de su traje de brillos y de cuentos
que se quedó colgando de una rama.
Dulce melón y rojas rosas frescas
surgieron esculpiendo tu figura
y estalló desde ti el primer brote
sin entender la fuerza de la sangre.
Era savia vibrante
tan húmeda y fragante
en medio de la noche
sintiendo la llamada del rocío
que inundaba tu piel de nuevas voces.
La nota que faltaba se hizo fruto
ocultándose en las horas del futuro
en tu imagen de mieles derramadas
y de mieses esperando ser segadas.
Subido al Desafío de la Imagen 3 Poesía.
03.10.2005
Texto agregado el 09-10-2005, y leído por 160
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