Rostros inexpresivos, ojos que ven sin mirar; unos cerrados, otros pensativos, algunos entregados a la lectura; otros con dulzura protegiendo a un niño; la mayoría cansados por la rutina del día, la minoría por los años vividos.
Mis pupilas captaban todas las miradas, los comportamientos y las posturas de los cuerpos, mejor dicho, el lenguaje de éstos......”próxima parada: Parque Carabobo”......
La monotonía del ruido y el vaivén del movimiento de aquel aparato, invitaban al descanso.
No quise oírlo más, solo aceptaba el meneo del tren en marcha, que era como una acaricia por todo mi cuerpo, o el mecer nostálgico de mi niñez.
Dos finos cables dentro de mis orejas, me transportaron a épocas pasadas. Tangos melancólicos y lastimeros, que con el llanto del bandoneón, hacían resurgir las imágenes en mis pensamientos.
Madre, niñez, juventud, patria, formaban el cuarteto perfecto del recuerdo que el tango trajo a mi mente.
“Desde el alma”, “Pasional”, “La Comparsita”, “Madreselva”.....¡hay Madreselva! ¡cuántas remembranzas de mi madre!....era ella quien me contaba. Su pueblo, sus amores, sus tangos, su hermosa juventud y sus madreselvas que aromatizaban la hermosa casa en el atardecer... vuelven y vuelven las evocaciones....”próxima parada: Capitolio”....
Debo levantarme, y dejo de contemplar los rostros que me observan y observo. Hago un esfuerzo sobrehumano para objetivar la realidad, ¿la mía?, ¿la de los otros?, ¿cuál? ¿la interior o la exterior?....
La interna, es como un ánfora de oro muy brillante, con hermosos paisajes y pájaros multicolores que invitan al reposo, al amor, a la libertad. La de afuera, una manada de gente que se dirigen todos al mismo lugar.
No, no quiero pertenecer a lo cotidiano, ni a lo frívolo, ni a lo mecánico, quiero ser yo.....me coloco nuevamente los audífonos, esta vez para encontrarte.........
06/08/03
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