(...pero también hay belleza en los grises....me quedo debiéndole al otoño hablar de ellos alguna vez).


Llegó el otoño
con todos sus síntomas
para contagiarnos
el alma con un resfrío
y colgadas apenas de un hilo
se balancean las hojas en un vaivén
algunas dejándose vencer
caen empujando su peso en vilo
en centrífuga danza espiral
poseídas por instrumentos de viento
al despedirse del árbol que las vio nacer...
algunas otras condecoran
aún las altas copas
succionando con gula
hasta la última gota
a los desahuciados
tonos cálidos del sol
mientras los rojos y dorados
se evaporan de mi piel
me vuelvo lienzo blanco transparente
apoyada sobre una pared de cara al sur
esperando que una pincelada del sol
manche una luz sobre mi tez.

Llegó el otoño...
vestido de flecos húmedos
como apagando
este cielo de humo frío
desvistiendo las ramas
que tiritan impúdicamente
su desnudez
hasta el pasto perdío su brío
con un crujido bajo mis pies
marchitando todas las flores
robándoles a cada una de ellas
la vanidad de sus colores...
y me leo un libro con un café
apagando un cigarrillo...sin querer ver
que me vuelvo parte del paisaje mismo
lluvia, frío y gris sobre mi piel.