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Inicio / Cuenteros Locales / delfinnegro / ¿ES POSIBLE UN CUENTO QUE NO CUENTE NADA?

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CRÍTICA A UN LIBRO DE RAMÓN SABA.


Por más kilómetros de papel que hayan gastado algunos cuentistas modernos huyendo a escribir historias, a contar algo, no han podido dejar vacío el cuento. Tampoco la novela. Ni la poesía. Porque en el arte de escribir, siempre debe contarse algo. Un poema es la historia de una emoción. Una novela, la historia entretejida de una situacion. Un cuento, la historia de un hecho. Es ineludible esa realidad.
Por eso, los cuentistas modernos, en su carrera, han sido atrapados de nuevo por la ley de los clásicos. Que para escribir hay que tener algo qué decir. Y el viejo Camilo José Cela le agrega que al servicio de algo. Ese algo no tiene que ser un partido o una ideología política. No tiene que ser una religión. Puede ser una concepción de la vida. De la literatura. De uno mismo. Pero algo busca demostrarse. Porque como nos enseñó el maestro Ezra Loomis Pound, "escribir es cargar la lengua de ideas".
Escribir es como una operación matemática, la cual no tiene ningún sentido si no hay una feliz solución. Siempre hay un vellocino de oro del que el escritor es Jasón. Siempre hay una Troya para sitiar y una Helena para salvar. Si no, los libros de esa literatura estarán condenados a pernoctar eternamente en los archivos del autor, porque a nadie le interesarán. Después se podrá argumentar que los lectores son muy brutos, que en este país no hay desarrollo cultural, que la gente no sabe distinguir ni disfrutar lo fino. Pero este pataleo es lógico, porque el mal partero siempre le ha echado la culpa al c...
Es que toda obra de arte, para preciarse de tal, requiere tener tres elementos indispensables y de igual importancia: lro. Un tema dramático, una vivencia, de interés humano, que pueda tocar en lo más profundo el sentimiento del espectador, por lo que esa obra podrá ser disfrutada por los humanos de cualquier época y lugar, idioma o cultura. 2do. Un enfoque creativo original, diferente a la forma en que se haya hecho antes por otros autores, aunque tenga la incidencia de estos como telón de fondo. 3ro. Unos recursos formales y técnicos en los que haga acopio de los avances y logros que ha alcanzado el arte en su enriquecimiento histórico. Ninguno de los tres solo, puede hacer la obra de arte. De la intensidad y gracia con que se empleen dependerá la principalía de la obra de arte.
Digo todo lo anterior como prolegómeno explicativo de la alegría que me produjo saber que el libro de Ramón Saba "Cuentos para noches de luna llena", cumple con estos requisitos. Desde el primer cuento hasta el último, nos atrapa con sus interesantes historias. Hay en ellos un contenidos y unas formas. Algo indispensable en el buen escribir. Porque una literatura sin contenido es como una mujer que sea sólo maquillaje. Podemos mirarla en una foto, divertirnos con ella como payaso de papel, pero jamás conseguiremos que nos regale un beso o nos permita liquidar ciertas deudas corporales y/o espirituales.
Cada texto de Ramón Saba queda en el recuerdo.
Evidentemente "Ante su tumba", el primer cuento, es el mejor. Sólo la idea de que una persona va al cementerio a ver, juzgar y seleccionar el mejor y más bello nicho que desea, es de por sí una muestra de magia seductora. Mejor si a eso se agregan unos personajes con nombres de instrumentos musicales excelentemente bien manejados. Escoger el fagot, un instrumento ya casi desaparecido por añejo, para personificar a un viejo es muy acertado. Luego, Corneta, Viola, Piano, Clarín y los demás. Todo esto para armar la historia de una depresión profunda, de un insondable deseo de muerte. Siendo un tema tétrico suaviza su drama. Saba logra convertirlo en tragicómico sin perder su profundidad humana.
"El bastoncito flotante" es el otro cuento inolvidable. Una reflexión sobre la fundación del mundo. Sobre el origen de la raza humana graciosamente erectada, alegremente monificada. Y con un bastoncito flotante, que marca el misterio de la transformación, con un significado además subliminal alusivo al órgano cuyo nombre más gracioso nos lo recuerda las palabras huevo y pena. Aquí, el medio ambiente es un personaje, deja de ser algo para convertirse en alguien que nos observa, nos acecha, nos califica y es nuestro amigo y consejero.
Con sus altas y sus bajas, los demás cuentos logran impresionarnos, porque el autor muestra habilidad para conducir al lector. A pesar de estar hechos dentro de las maneras tradicionales de narrar,los demás consiguen sustraernos, zambullirnos en su lectura sin dejarnos salir a tomar aire hasta el final. Porque están bien escritos.
En términos formales, todos los cuentos de Ramón Saba tienen la virtud de la brevedad, la condensación, que es una de las grandes luchas que libran los escritores. Cortázar, por ejemplo, decía que su principal problema escribiendo es que cuando le entraba el calor de la creación escribía demasiado y luego trabajaba duro en resumir y limpiar. Estos cuentos de Saba lucen estar limpios y resumidos desde el principio.
El otro signo de Saba es su sencillez. Que no puede confundirse con la simpleza, porque los enfoques y observaciones no se quedan en la superficie. Y a esto se suma un elemento que conocerá todo el que ha tratado personalmente al autor: su fino sentido del humor, su sarcasmo gracioso, su aguda cosquilla a los costados mentales del lector.
Si algunos defectos pueden tener estos cuentos -¿y qué obra humana no los tiene?- podría señalarse la reincidencia en giros narrativos que son lugares comunes, el uso de palabras que pudieron sustituirse por otras más propias, la repetición cercana de términos, el manejo de algunas historias que debió visualizar de modo menos convencional. Y es que Ramón Saba no es un cuentista acabado, sino en desarrollo, en pleno crecimiento formativo.
Por lo demás, considero que en él tenemos los dominicanos a un hombre de gran talento para la narrativa. Talento que debe cultivar con el constante escribir que convierte al esfuerzo en costumbre, la observacion en sensibilidad y al trabajo en juego. Talento que debe enriquecerse nadando en los tres grandes mares de la creación: Bebiendo de los grandes clásicos y dominándolos, que por algo son modelos y han permanecido por siglos en el gusto humano. Conociendo el alma dominicana, nuestra historia, anécdotas y autores, lo cual le permitirá escribir esas historias que sólo nosotros podemos contar con donaire. Y haciendo la más importante lectura que puede hacer autor alguno que desee armar una obra original y distinta: leerse a sí mismo, para narrar los secretos únicos que contiene todo ser humano de forma irrepetible.
Felicidades, Ramón Saba, por tus "Cuentos para noches de luna llena".

Texto agregado el 09-10-2005, y leído por 807 visitantes. (13 votos)


Lectores Opinan
29-12-2006 No hay cuentos que digan nada pero si hay escritores que no cuentan nada. roberto_cherinvarito
20-03-2006 Sí, siempre hay algo que encontrar en un cuento, por muy simple que este sea. A veces yo me he encontrado con fragmentos de historia, geografía y los más emotivos fragmentos de almas. 5* sorgalim
28-02-2006 Me llamó la atención primeramente el título, pero ya sabemos que si algo no es bueno se queda solo en eun título porque hay un comienzo de lectura pero no un nudo y menos un desenlace. Con tu trabajo ocurre lo contrario, está muy bien escrito, la opinión la idea la has plasmado con mucha prudencia, desde el respto y encontrando las palabras adecuadas. Con comentarios asi el escritor aprende mucho. Te felicito por todo dejando asi mi aportación a esta reflexión.***** Claraluz
21-02-2006 Gracias. vacarey
09-01-2006 Estoy muy de acuerdo con la mayoría de las cosas que dices aplicadas a textos en prosa. Un texto que no dice nadapor más bien escrito que esté me deja insatisfecha, una bella poesía que no comprendo y que no ME dice nada la puedo apreciar porque como la música me trasmite otras sensaciones estéticas. Este texto tuyo debe figurar en la Columna, lo voy a recomendar. Gracias. Ninive
08-01-2006 Con todo el respeto que Ud. y su ensayo merecen, me permitiré apartarme del autor en específico que aquí se trata, porque no he leído su obra; en cambio le objetaré a Ud. su ensayo desde el mero título. Para mí en lo personal, la Crítica Literaria me produce un rechazo visceral, y es objeto de produndas dudas y cuestionamientos de mi parte. Me apoyaré en una reflexión de Ernesto Sabato: 'SOBRE LA CRITICA: Hay dos tipos de crítica: si nuestro propósito era el de escribir un libro negro y alguien nos advierte manchas blancas, debemos oír con mucho cuidado la observación y tratar de enmendar la falta; pero si el señor se nos acerca para convencernos de la ventaja de escribir libros rojos o cuadriculados, hay que oirlo como quien oye llover. Buena parte de la crítica es de este segundo género y consiste en explicarnos -muchas veces a gritos- lo que el crítico habría escrito en nuestro lugar. Pero como nunca podrá realizarse un experimento tan memorable y tan provechoso para las letras, y como, en caso de llevarse a cabo, todo se reduciría a un cambio de autor, mejor es ocuparse de otra cosa.' (Heterodoxia). Ahora, tras la lectura de su ensayo, a mí me quedó el sabor de haber leido dentro del texto una crítica literaria que se emparenta con el segundo tipo de crítica, aquella que en el fondo anula determinada postura literaria y que, en cambio, propone cómo tal texto debería escribirse, a qué recursos acudir, y qué elementos desechar. Pero dije que le objetaría a Ud. desde el título, y es que encuentro peyorativo que se entre a cuestionar si existe la posibilidad de contar un cuento que no cuente nada. Claro, dentro de su exposición, que admito es clara y elocuente, cabría preguntarse tal cosa, puesto que, según Ud., un cuento que no cuente nada sería aquel que no implica un contexto humano que identifique o motive al lector, así como un bagaje literario copioso en cuanto a los clásicos se refiere, sin olvidar ciertas 'técnicas del buen escribir'. Bien, yo me cuestiono si verdaderamente existe el 'buen escribir', si en cambio no se trata de un sutil artilugio de los críticos con que pretenden salvaguardar los provilegios de la literatura de la clase dominante. Como ve, para mí es imposible disectar, en lo más profundo, el arte con la política. Creo que dentro del espectro de la literatura como oficio serio y verdadero, no es prudente establecer qué es lo bueno y qué es lo malo. Eso limita el desarrollo de la literatura. ¿Dónde dejamos la realidad de los jóvenes que, estando interesados por escribir, se sienten justamente distantes e incluso marginados del acceso a los clásicos? ¿Qué pasa con los escritores que, atendiendo a la necesidad de purgar sus demonios y obsesiones, desarrollan su obra de una manera críptica, al punto que se torna sinuosa y difícil para el lector? ¿no debe en cambio ser esfuerzo del lector? ¿Ha leido usted a Macedonio Fernández? El escribió algo así como que escribir una obra de arte excelente era algo penoso. ¿Qué me dice de la poesía de Vicente Huidobro, sobre todo al final, en que escribió una poesía que no había que entender tanto como sentir? ¿Ha leido usted a Juan Emar? Bueno, con la intención de establecer un sismo en su pensamiento, pero con respeto, me despido. Quilapan
27-12-2005 realmente dices mucho, ***** jassiba
26-12-2005 "...De la intensidad y gracia con que se empleen dependerá la principalía de la obra de arte..." Tu mirada-lectura crítica me ha resultado, de sumo interés, me capturó conocer a Saba através de mi paseo por tus letras y me dieron unas terribles ganas de leerlo... Has logrado mucho, muchísimo. ¡Qué gusto descubrirte aquí Juan! Placer de leerte y mis gracias por lo que aprendí, al hacerlo, en este momento.***** Cris Lancy
23-12-2005 buenisimo :) 5* GEHENA
16-12-2005 Que puedo decir? siempre que te leo creo aprender más, por eso me gusta leerte. hermosa_luna_de_medianoch e
07-12-2005 Un texto para refleionar. Y buena referencia Sobre Ramón Sala. ***** Shou
09-11-2005 felíz de pasar por tus letras, gracias por esa lección de buena literatura, ***** diandra
08-11-2005 ah...cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que estuve aquí en tu página! Y como siempre me llevo algo, en este caso, además de la admiración por tus facultades literarias, me levo un valioso dato. He de conocer la obra de Ramón Saba a la brevedad, si vos lo recomendás... Un besote, Delfín! torovoc
03-11-2005 un texto que aporta, de los buenos realmente india
26-10-2005 Gran y completo ensayo! Ahora... tampoco yo conozco a Ramón Saba, y me he quedado con ganas de leerlo. No obstante, buscaré "Casa del Libro en Madrid": Cuentos para una noche de Luna" A ver si hay suerte y lo encuentro. Felicitaciones y*S josef
20-10-2005 Excelente, como siempre aportas conocimiento. Tu compatriota orgullosa de encontrar maestros como tú. honeyrocio
09-10-2005 Amigo no conozco a Ramón Saba, pero luego de leerte puedo apreciar que como tú dices es todo un narrador gracias por el dato tan importante, un beso***** lagunita
09-10-2005 Que buen ensayo amigo. Muy bien logrado. Transparente en la forma y en el contenido. ***** saitek
09-10-2005 Desde ya, agradecerte por lo que dices en tu ensayo sobres los requisitos que deben contener los textos para se conviertan en literararios, en obras de arte. Ciertísimo lo que dices y de veras que es menester considerarlos. Mucho de lo que sube acá debería considerarse bajo los parámetros expuestos, pero como el oficio es creación también, muchos nos tomamos licencias y nos olvidamos de lo importante: el desarrollo, aspirar a una consumación, al logro. En cuanto al escritor Ramón Saba y su obra espero conseguir en Lima "Cuentos para una noche de luna" pues me has abierto el apetito y la voracidad que me mueve en la vida: leer, sentir, vivir, escribir..., mi sincera felicitación y mi voto para tu preciso y muy útil ensayo. cvargas
 
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