Venus de barro
En su llama mortal la luz te envuelve
Absorta, pálida doliente...
Pablo Neruda
Los hombres usan el cuerpo.
Nosotras, lo sentimos, lo padecemos.
El cuerpo. Objeto de culto. Origen de vergüenzas.
Para exhibir, para cuidar, para destruir.
Lo que nos permite vivir, tres dimensiones.
Fuente de placeres, de culpas.
Eso que llevamos cada día al laburo, a la facu,
que bañamos, que admiramos o sufrimos. Vehículo para expresarnos.
Receptáculo de todo lo que nos metemos adentro.
Adentro? (las tripas o el alma?). El qué?.
Volvemos al cuento del cuerpo, que manía!.
No, es para explicarme.
En él, o mejor, a través de él,
la posibilidad de la magia más grande. Crear a otro ser.
Eso debió transformarnos en diosas.
Cómo fue que se nos volvió en contra?.
Cómo se transformó ese poder, en causa de vergüenza infinita?.
Quién metió la mano en el juego, y revolvió todo?.
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