Es al revés
que cuando cae la lluvia.
Es lo contrario
que cuando la tierra la acoge.
Del cielo se libera la lluvia limpiamente,
pequeñas gotas se deslizan
a través de la bruma
resbalando en el aire
sumergidas en la oscuridad
de la noche fragante.
Porque al mojarse la tierra
y oscurecerse su tono
se desgrana su textura
y se nutre de humedades,
liberando su aroma adormecido.
Y su fragancia materna sigilosa
plena de renovada frescura
fluye vagando en el entorno
mezclándose en el frío
pintando de olores
un paisaje nuevo
que apenas antes
ha sido diferente.
Es al revés.
Soy como la tierra que silenciosa
espera tu llegada cargada de aire nuevo
de olor intenso a ti
de oxígeno que embriague
mis pulmones cansados,
del calor que desprende
tu pecho siempre tibio.
Y en esta nueva espera
todo fluye de mi.
Surgen las horas que se alargan
y demoran
y de pronto como antaño
como en un antiguo film
todo es gris y blanco
y negro.
Sale desde mi el sabor
de tu voz que me hace falta
de la respiración sonora
que en mi oído tú desgranas,
de esa risa de cascadas
con compás de vals sentido
que me fascina bailar
junto a tu pecho pegada.
Todo sale desde mi
cuando te extraño
cuando todo es amplitudes
porque me falta tu abrazo
tu susurro me cobija
como la copa de un árbol
y me enredo en tus palabras
como si fueran raíces
que me sujetan liviana
que me nutren
que me amarran.
Todo mi olvido es quererte
y quererte me hace falta
y me hacen falta tus besos
tus manos a mi aferradas
y es así como te espero
como con agua mojada
como a la lluvia la tierra
como a tu alma mi alma.

08.10.2005