Cada vez que me siento así, cada vez que me sumerjo en lo más profundo de mí ser, noto como todo lo que me rodea muere alrededor mío.
Sintiéndome como el ser más mísero que conozco, el vacío que me inunda de pensamientos oscuros y mediocres hace que solo me entren ganas de acabar con mi calvario y desaparecer de este mundo que no entiendo, que no me entiende.
Solo camino por el mundo con ganas de conocerlo, de encontrarme algún día con algo o alguien me comprenda realmente como soy.
Cansándome día tras día no concibo ser que me entienda, ni quiera llegar a conocer lo que realmente soy.
Desdichado lloro y me confieso a mi mismo que el vacío que noto y vivo me lo he buscado yo mismo, todo lo que me rodea es el resultado de mi propia vida de mi propio caminar.
Cada vez que me siento así, descubro que simplemente soy el hombre de las mil caras, el ser que vive de la mentira, un oráculo del engaño que con sus bulas simplemente consigue engañarse así mismo.
Soy aquel que creyéndose algo o alguien lo único que consigue es corromper al mas tierno de los ángeles del reino de los cielos.
Mintiéndome a mi mismo solamente consigo crear la burbuja incorpórea que me envuelve, que me protege ilusoriamente de la realidad.
Cada vez que me siento así, descubro como mis miedos, los temores mas nauseabundos que corroen mi corazón, mi alma, mi todo, se apoderan de mis impulsos y mis pensamientos, haciendo que me infravalore hasta tal punto que no conciba de mi nada positivo.
Cada vez que me siento así, como ahora mismo estoy, la soledad se apodera de mi, me siento a mil años luz de todo el mundo, es como si fuera un enano en el país de los gigantes, como un rayo de luz en la oscuridad mas absoluta.
Cada vez que me siento así, me doy cuenta que no me gusta nada de lo que soy.
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