Caminando uno se da cuenta que la única referencia que posee en cuanto a la realidad es uno mismo. "(Yo)".

Y que esa referencia es suceptible de transformaciones según nuestro estado de ánimo.

Y que el estado de ánimo es algo que se da de un momento a otro.

También uno se da cuenta que los estados de ánimo se alteran debido a estímulos.

Y que por lo tanto existen estímulos que alteran nuestro estado de ánimo de un momento a otro.

Pero uno no se da cuenta, usualmente, que muchos de los estímulos que alteran nuestros estados de ánimo que a la vez alteran nuestra referencia de la realidad, muchas veces son imperceptibles, o se dan en momentos imperceptibles.


Entonces todo sale de uno mismo, como un sol disparando sus rayos (y formando nuestra visión de la realidad). Pero a la vez existen cosas imperceptibles que nos regulan, que nos alteran imperceptiblemente el brillar de nuestros rayos (en momentos dados que no vemos).


No recuerdo exactamente quien es que era que se montaba en una carroza y les arrojaba flechas.