Inicio / Cuenteros Locales / guinemona / El viejo y su reloj
El hombre llegó con su reloj a la caja de crédito prendario. El tasador lo revisó acuciosamente, verificó su correcto funcionamiento, le hizo la papeleta con la que dicho hombre cobró el importe del préstamo. Así sucedió durante muchos años hasta que el hombre se transformó en anciano y su reloj en antigüedad. Con regularidad matemática hasta el último de sus días, el pobre viejo llegaba con su reliquia, seguro de recibir unas monedas a cambio. Sólo que la última vez, el hombre falleció, acaso ya aburrido de vivir tanto por lo que no alcanzó a rescatar su reloj. Sepultado en alguna anónima tumba, si el pobre finado tuviese la facultad de llegar a saber que su reloj fue rematado en una cantidad exorbitante, la misma que le hubiese permitido no separarse nunca de él y a la vez de tener una cierta tranquilidad económica, el crujido de sus huesos al revolverse en su ataúd sería motivo de variados y espeluznantes comentarios…
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Texto agregado el 08-10-2005, y leído por 124
visitantes. (3 votos)
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Lectores Opinan |
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11-10-2005 |
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Seguramente si lo hubiera vendido la primera vez hubiera recibido solo unos pesos, así es la vida. Besos y estrellas. Magda gmmagdalena |
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08-10-2005 |
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guau vaya,***** que si muy bien lagunita |
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