¡PLOP!...

Por: calara

Hubo una vez un hombre esclavo del reloj y maniático de la puntualidad que sufría la terrible obsesión de llegar algún día a ganarle al tiempo. Decía que estaba fastidiado con el hecho de que siempre fuese el tiempo quien lo apremiara a él.

Así fue que, un buen día, se prometió que vencería al tiempo y llegaría a donde se lo propusiese antes de que lo hiciera su invisible pero aflictivo compañero de vida: entonces se entrenaba con gran vehemencia, inventaba mil artilugios... Mas, exagerando ese irracional afán, se desesperó y descuidó tanto su equilibrio emocional que... enloqueció.

Estaba en este ilusorio estado de enajenación cuando sucedió algo increíble:

¡Logró, por fin, ganarle al tiempo!

Pero, para su desgracia, cuando arribó a aquel lugar donde el tiempo todavía no había llegado, vio algo que le conmocionó en tal grado que le hizo huir de ahí y recuperar su cordura:

¿Qué fue lo que ese hombre vio al final de su loca carrera contra el tiempo?

¡NADA! ¡Absolutamente nada!

Porque nada había acaecido aún...



EL TIEMPO ES EL SENDERO POR EL CUAL MARCHAN LOS SUCESOS, RAUDOS Y SIN RETORNO, HACIA NUNCA JAMÁS.