En este momento un pordiosero esta sentado en el suelo en alguna estacion de servicio del estado brasilero de Santa Catalina. El se rie de los viajantes que se bajan de los omnibus y autos medios boleados de viajes, sin hambre a menudo pero queriendo gastar algun pesito. Argentinos, brasileros, uruguayos, el pordiosero analiza los gestos de todos. Se da cuenta de la excitacion de alguna jovencita porteña, del fastidio de alguna familia carioca, del silencio revelador de algun flaco montevideano.
En las estaciones de servicio cercanas a las playas de Florianopolis la gente gasta por no aguantar charlar con algun pordiosero que calla diciendo.
Los pordioseros entienden eso y se rien mas todavia.