Ningún lamento ensombrece mi alma
cuando brilla en tu mirada,
ninguna pena acecha mis segundos
vagabundos en tus días,
ninguna imagen emerge, dando forma,
a mi avalancha de sueños...,
ningún deseo, abrigado en tu vida,
agoniza en mi delirio...
Tan sólo brisa al acecho
de esa calma de tus días,
tan sólo polvo de estrellas
salpicando a mi ironía,
tan sólo risas sin nombre
navegando a la deriva,
tan sólo magia en tu abismo
muy desnudo de caricias...
Eres la paz de mi alma
salpicada por la vida,
eres la luz de una vela
consumiendo en mí la ira,
eres el suspiro ciego
abrazado en la desidia,
eres la miel de mis labios
acariciando a mi vida...
Y cuando el miedo te cese
sucumbiendo ante tu dicha,
cuando el recuerdo se borre
y cedas tu alma a la mía,
cuando tu tiempo transcurra
desnudándose de prisas,
cuando tu luz se haga eterna
entregándose a la mía...
Seré por tí mariposa
revoloteando viva,
seré pétalo de rosa
acariciando tu vida,
seré el deseo que te arrastre
privándose de desdichas...,
seré tu noche estrellada
brillando, fugaz...,
en el cielo de tu verdad...,
ahora, tal vez, no tan vacía.
Recibo tu magia intacta
en el miedo de tu desnudez...
(06/10/05) |