En un lugar muy lejano, en un bar de mala muerte, se encontraba en temible lobo. Se le notaba ojeroso, cochino, despedía un olor a alcohol barato y un hedor de dias sin bañarse, fácil se podía decir que llevaba mucho tiempo tomando.
Pobre lobo, se le notaba triste, reflejaba un gran dolor, era fácil sentir pena por él, estaba destrozado. Estaba llorando, lloraba sin lágrimas, porque lloraba por dentro, su corazón estaba llorando, llorando desconsolado. Ella se había ido, Caperucita Roja se fue, se fue con el cazador, aquel que la protegió de ti, ese que le decía que eras muy malo, que merecía algo mucho mejor que tú; que vives solo del engaño y la traición, que vas por el mundo sorprendiendo a todas las inocentes niñas que pasan por tu lado, hasta hacerlas caer en tus garras.
Se fue lobo, y ahora tú estas llorando, lloras porque era la única presa que significo mucho más que la satisfacción de un instinto animal. Lloras por que te acercaste a ella cuando la viste inocente e indefensa, tratando de engañarla con tu astucia y tus mañas. Y lo hiciste lobo, lograste tenerla, pero fallaste, fallaste porque te enamoraste, fallaste porque la amas.
Recuerdas cuando la viste por primera vez, inocente ella, yendo a casa de su abuelita, recuerdas cuando la miraste, cuando tuviste frente a ti, esos pequeños ojitos, esos ojitos que te cautivaron, esos ojitos que parece que apenas se abren. Esos ojitos que parecen dos rayitas y que te hacen caer en lo más hondo de esos hoyitos que se le forman en el rostro cuando sonríe.
Te acercaste y conseguiste retenerla a tu lado. Ella al principio quiso huir, sabia de ti, sabia que eras el lobo, que eras malo. Pero tú supiste engañarla, fuiste astuto, supiste elaborar bien tu estrategia, y lograste cazarla. Y fuiste muy feliz lobo, fuiste feliz, cada día, cada momento, cada segundo que pasabas con ella. Caminabas orgulloso mostrando tu presa, te sentías el mejor, pero querías mas, ese fue tu error, creías que merecías sentir algo más que la necesidad de alimentarte, querías actuar impulsado por algo más que el instinto animal de sobrevivir. Ese fue tu gran error lobo, llegar a quererla, pensar que podías ser feliz con ella, creer que ella estaría dispuesta a cambiar su estilo de vida por ti, creíste que la merecías y no fue así; nunca fue así, ella siempre supo que tenia que olvidarse de ti, solo necesitaba valor, valor para renunciar a lo que sentía por ti, por que si te quería, te quería pero sabia que ese amor estaba mal, que su vida debía ser diferente, mejor, mejor a todo lo que tú podías darle.
Y ya lo ves lobo, se fue, se fue y tú te quedaste sufriendo, ahora sufres, sufres como todas aquellas que un día lloraron por ti, ahora sientes que tan grande era el daño que causabas.
Llora lobo, llora, y ojala un día encuentres la cura a tu enfermedad, ojala encuentres la cura a este amor tan grande que sientes.
“No te ufanes caperucita, no te ufanes diciendo que ahora si serás feliz, puede ser que ahora si consigas tener la casa que siempre quisiste, la familia con la que soñaste, la vida que esperabas, pero nunca, y lo repito, nunca te olvidaras de todo lo que sentiste por mi.”
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